Sí, los Probióticos son Importantes Para la Belleza

Los probióticos. Qué importantes son lo poco conocidos que son.

Resulta difícil escribir sobre probióticos porque el lenguaje a nivel usuario se queda corto para hablar bien de lo que son. No es como hablar del retinol o el ácido hialurónico: o sabes de lo que hablas, o metes la pata hasta el fondo.

Cuando empecé a cuidarme en serio, lo primero que aprendí es que la belleza se trabaja desde el interior. Pero eso no significa tomar colágeno y sentarse a esperar a que todo cambie como por arte de magia. Este concepto tiene mucho que ver con mantener el cuerpo limpio por dentro. Es decir, libre de toxinas. En mi peor momento, cuando sufría de intolerancia a la lactosa pero no lo sabía aún, me quedé muy sorprendida con el aspecto de mi cuerpo y de mi piel. Fue un cambio extraño que me dejó desconcertada. Engordé cinco quilos en muy poco tiempo, cuando antes yo no engordaba nada, y tenía otros problemas que no me explicaba.

Cuando todo se arregló y empecé a investigar sobre lo que me había sucedido, aprendí la importancia del sistema digestivo y su relación con nuestro aspecto externo. Por eso comparto la teoría tan a menudo, porque es ahí donde suele estar parte del fallo. Si los intestinos no funcionan bien, no solo nos sentiremos mal por dentro, sino también por fuera.

La piel es un órgano inmenso que necesita una gran cantidad de nutrientes para tener buen aspecto. Si las digestiones no son como deberían ser, hay desgaste de energía por parte de nuestro organismo que provoca un desequilibrio en la distribución interna de los nutrientes. Cuando eso ocurre, el cuerpo tiene muy claras cuáles son sus prioridades principales, y la piel está en el último lugar de su lista.

Nuestro organismo está demasiado ocupado proporcionando vitaminas y minerales a los órganos vitales. La piel no recibirá nutrientes y su aspecto empeorará como consecuencia.

Casi todo el mundo tiene problemas digestivos. La prueba es la cantidad de laxantes que se venden en las farmacias, pero esos remedios son un completo desastre, pan para hoy y hambre para mañana. Son demasiado fuertes para el estómago, por eso es habitual el efecto rebote que se sufre después. El cuerpo es sabio, sabe muy bien lo que le va y lo que no. Es difícil tomarle el pelo. Es profundamente agresivo y antinatural tomar un producto químico para ayudar al cuerpo a hacer algo que es su obligación.

¿Qué son los probióticos, entonces? Son microorganismos vivos que equilibran la microflora intestinal. El consumo de estas bacterias beneficiosas regula el tránsito intestinal y refuerza el sistema inmunológico. El efecto más inmediato y el más agradable es que combaten el estreñimiento, los gases y la hinchazón abdominal.

Los probióticos suelen venir con una dosis mensual o de sesenta días. El tiempo mínimo recomendado de ingesta es de dos semanas, pero cada vez más estomatólogos aconsejan tomas de probióticos de uno, dos, e incluso seis meses. Si venimos de largos periodos de intolerancias, irritaciones, tratamientos con antibióticos o infecciones por bacterias, algunos médicos mandan tomar probióticos durante más de un año. Lo bueno es que los resultados se ven enseguida: es muy probable que notéis la mejora en menos de un mes.

Los probióticos reeducan el intestino para que funcione a largo plazo. No existe riesgo de sufrir un efecto rebote o de volver al mismo problema al día siguiente de dejar de tomarlos. Curiosamente, cada vez más suplementos de belleza en polvo contienen probióticos en su formulación. Ésta es otra prueba de la importancia que tienen estos bichos para el aspecto de nuestra piel. Así que ya sabéis, ante cualquier mínimo, insignificante problema digestivo… no lo dudéis ni un segundo más y empezad a tomar probióticos ya.

Cuando notéis la diferencia, os preguntaréis por qué no los tomasteis mucho antes.

Los que estoy tomando ahora son éstos. Y no olvidéis echarle un vistazo a este post, donde hablo de algo muy necesario para reforzar la acción de los probióticos: los prebióticos.