Una Tarde en el Hammam Rituels D'Orient

Una Tarde en el Hammam Rituels D'Orient

M encantan los balnearios exóticos, de estética árabe o turca y con hammam incluido, y ya iba siendo hora de visitar era el spa hammam Rituels d’Orient. Lo conocía porque salió en la guía urbana de Louis Vuitton en 2013. Es pequeño y muy íntimo, justo lo que necesitaba. No me importa estar en balnearios llenos de gente, pero ahora no me apetecía. Aquí suelen ser bastante cuidadosos con las citas que dan, para evitar que se junte mucha gente en la zona de calor. A ellos les gusta ser considerados como un refugio de bienestar, no como un súper balneario.

Otro de los motivos de mi elección fue una de las firmas de cosmética con la que trabajan: Sultana de Saba, inspirada en el Medio Oriente. Llevo un tiempo obsesionada con sus productos, pero no sé por qué, no termino de decidirme. Y eso que tienen todo lo que me vuelve loca en una marca. La visita al balneario era una buena ocasión para probarlos de una vez.

 

 

Decidí ir bien entrada la tarde. Rituels d’Orient está cerca de mi gimnasio, así que solo tenía que terminar las clases y caminar un poco. Creo que es mejor ir a un spa al final de la jornada, si el horario nos lo permite, que por la mañana. Y cuanto más tarde, mejor. De esa manera, salimos completamente relajadas y podemos irnos a casa. Nunca he entendido eso de ir a un balneario por la mañana. Hay mucha gente a la que le funciona mejor así, porque se quedan descansados y listos para seguir con la rutina, mientras que yo me quedo atontada todo el día.

Escogí el Ritual Al Medina. Quería algo sencillo para conocer el sitio, y así ver si los tratamientos más sofisticados merecían la pena. Nada más llegar, me dieron un albornoz y un pareo de algodón para estar en la sala templada.

 

 

La sala templada no tiene grandes piscinas, sino que consiste en varias banquetas de piedra calientes donde podemos sentarnos y relajarnos, y una piscina pequeña de agua helada para disfrutar de los baños de contraste frío-calor. Al final de la sala está el baño turco, que era lo que más me interesaba ya que soy una apasionada del vapor para desintoxicar y limpiar los poros.

Eché de menos un aroma a eucalipto más intenso, pero disfruté de la temperatura de 46 grados y de su humedad al 80%. Esa humedad, como os he contado alguna vez en el blog, es muy beneficiosa para la piel ya que consigue abrir los poros y eliminar las toxinas. Recordad que una piel sin toxinas es una piel radiante, suave y sin imperfecciones.

 

 

 

Lo que más he disfrutado de todo el ritual de Rituels d’Orient ha sido la exfoliación con jabón negro y guante de kessa. Es una manopla marroquí de tejido elástico un poco más ligero que el tradicional guante de crin, más rugoso al tacto. Su aparente ligereza engaña, porque ofrece una exfoliación muy intensa; de hecho, creo que nunca me han hecho una exfoliación tan profunda en toda mi vida.

Os confieso que la exfoliación corporal es algo que no tengo nunca en cuenta, porque tengo la piel del cuerpo suave y de buena calidad. Puedo estar mucho tiempo sin exfoliarme, así que ya os podéis imaginar la falta que me hacía. Han usado el jabón negro Black Soap de Sultana de Saba, hecho con olivas negras de Marruecos y eucalipto, una delicia para la piel y para los sentidos.

 

 

Para el masaje, me costó elegir el aceite. Tenía cuatro a mi disposición, de naranja, de rosas, de ámbar y de jazmín. Siempre tiendo a elegir los florales, pero me llamaba la atención el ámbar. Al final decidí que mejor ir a lo seguro. El jazmín es algo que siempre me relaja y me hace sentir bien. A no ser que se trate de un tratamiento especial, os recomiendo que para los masajes escojáis aromas familiares que os gusten, porque los experimentos, cuando se trata de buscar la relajación, no salen bien.

 

Rituels d'Orient

 

El masaje fue muy bueno y justo lo que necesitaba. Quería un poco de relajación, sentir que me quitaban el estrés de encima y que desaparecieran los pensamientos que me van torturando a lo largo del día. Soy muy obsesiva con ciertas cosas y a veces me paso el día preocupada por cosas que no van a pasar. Siempre tengo presente uno de las frases que leí en el libro Los Secretos de la Mente Millonaria, que decía algo así como: «El 90% de las cosas que te preocupan nunca van a ocurrir».

Pero a veces me cuesta recordarla y estoy demasiado preocupada y tensa. Eso se traduce en algunas contracturas, pose poco relajada… un desastre. Por eso los masajes vienen tan bien. Es un momento solo para nosotras, para evadirnos, olvidarnos de todo y disfrutar.

 

hammam rituels d'orient barcelona

 

El tratamiento termina con un poco de té marroquí, que me chifla, en la sala de relajación, con una decoración mezcla de estética marroquí y turca.

Podéis consultar los distintos tratamientos y tarifas en la página web de Rituels d’Orient.

2 Comments
  1. Muy buena pinta el sitio!
    Yo necesito una escapadita como esa.

  2. A mi me gusta cuando hay jacuzzis, los contrastes frío y caliente no lo aguanto. Usaste después el guante? Con q producto?

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