Así está siendo mi experiencia con el plasma rico en plaquetas.
Las inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP) son especialmente conocidas entre la clientela de los institutos capilares. Son el tratamiento principal para tratar la caída del pelo estacional, moderada, provocada por estrés y problemas emocionales o que no se deba a causas dramáticas como una cirugía o una genética desastrosa. Se descubrió que el propio plasma del paciente trabajaba de manera espectacular en los folículos, engrosando el cabello, aumentando su densidad y acelerando el crecimiento.
Supongo que en algún momento se decidió, dados los resultados, utilizar la misma técnica para engrosar y rejuvenecer la piel. El equivalente facial se conoce como vampire lift después de que Kim Kardashian hablara de él no sé dónde. Es curioso, porque siempre pensé que lo que se había hecho el día de la famosa foto era el tratamiento con el derma-roller, pero no. Se trataba de la inyección, mediante microagujas, del plasma de su propia sangre, para mantener la piel joven y fresca. Algo que hay que reconocer que ha conseguido.
Hay muchísimos tratamientos en medicina estética y me parece muy bien, pero yo sigo apostando por todo lo que se trata desde el interior, porque hasta que pase un milagro, sigo comprobando una y otra vez que es lo que realmente funciona. Me hice la primera sesión hace un mes y ya noté la diferencia al día siguiente (ahora explicaré dónde, toda una sorpresa) pero no he tenido tiempo de sentarme a escribir hasta hoy.
Me lo he hecho con la Dra Pla, que ahora está en la Clínica Tufet en Paseo de Gracia (Barcelona). Es la única profesional que me toca la cara. Lo que más me gusta de ella es su control de los efectos colaterales, esa sorpresa desagradable que se encuentra mucha gente cuando empieza con la medicina estética. Los efectos colaterales son las consecuencias de pinchazos, rellenos o lo que sea que se realizan en apariencia correctamente, pero que afectan negativamente a otras partes del rostro, para horror del paciente. Por ejemplo, te inyectan bótox en la frente y se te caen las cejas, y todo porque el doctor no sabe que hay que realizar el pinchazo solo un poquito más arriba. Como ésos hay muchos y esta doctora se los sabe todos, porque lleva veinticinco años dedicándose a esto, así que siempre estoy muy tranquila con ella.
Bien, mi experiencia con el PRP.
Se persiguen muchos objetivos con la aplicación del plasma rico en plaquetas o PRP: retrasar los signos de envejecimiento incipientes o mejorar los que llevan tiempo ahí, aclarar las ojeras, embellecer los párpados cansados, tratar las consecuencias de problemas cutáneos como el acné, difuminar manchas y cicatrices… En definitiva, cubre todo lo que forma parte del concepto de estar más hermosa y joven.
Para la técnica, se utiliza material biológico del propio paciente: su sangre. Después de la extracción y del centifrugado, se obtiene el plasma, el líquido que contiene las sustancias almacenadas en el interior de las plaquetas. Son glóbulos rojos, células blancas y trombocitos que trabajan juntos para inciar el proceso de reparación y renovación en el tejido donde han sido reintroducidos. Como el plasma es autólogo, es decir, nuestro, el riesgo de sufrir una reaccion es prácticamente nulo.
Este es el mío 🙂 La enfermera de mi doctora es realmente buena en lo suyo, porque yo no soporto que me saquen sangre y ni me enteré casi.
Una vez obtenido el plasma se procede a inyectar por todo el rostro: frente, mejillas, mentón, la piel que rodea a las cejas, las ojeras… Pensaba que era un pinchazo por zona y que luego hacían entrar el plasma -lo que me daba escalofríos solo de pensarlo-, pero no, en realidad son múltiples inyecciones por toda la zona a tratar. No duelen prácticamente nada, son como pequeños pellizcos.
No sabía que en la sesión estaba incluido el tratamiento de PRP en las manos, el escote y el cuello. Como no estaba particularmente interesada en esas zonas pensé que prefería aprovechar el plasma para el rostro, pero no se podía. El procedimiento lo cubre todo pensando en lo mejor para la juventud y la tersura de la piel del paciente. Me acordé de todas las famosas de mediana edad con la piel tersa como un bebé y de cómo el cuello siempre las delata, además de lo que todo el mundo sabe: con el cuello no hay gran cosa que hacer cuando llega lo inevitable. Mejor no descuidar zonas que un día sé que no me arrepentiré de no haber tratado adecuadamente. Lo que un día parece muy lejano llegará.
Al terminar tenía toda la cara, el escote y las manos llenas de puntitos rojos. La enfermera me puso sobre la cara un paño impregnado de loción de hamamelis, un truco para calmar la piel después de los tratamientos, y acto seguido, una mascarilla facial de ácido hialurónico y que me gustó muchísimo.
Bueno, bueno, bueno… QUÉ SORPRESA cuando vi que la zona en la que más notaba la diferencia después del tratamiento era en las manos. Mis manos, que tanto me gustan y que tantos halagos reciben. Se ve que no estaban tan bien como yo pensaba porque se me ha quedado el dorso tan liso que eso solo puede decir que antes no lo estaba tanto. Un poco más y hubiese sido como cuando el personaje de Meryl Streep se mira las manos después de que la bruja le inyecte la poción de la juventud en una de ellas, la mano decrépita y la mano joven, en la película La Muerte Os Sienta Tan Bien.
Estoy muy ilusionada con las siguientes sesiones porque me cuesta mucho hidratar las manos, me da mucha pereza y además tengo el problema de la obsesión por las manos limpias, lo que quiere decir que no aguanto mucho con la crema o la manteca de karité puesta. Creo que el plasma rico en plaquetas me va a servir de mucho para corregir mi negligencia con todo lo que siempre he descuidado.
El resultado en las manos me hace pensar que esto puede ser maravilloso para pieles arrugadas y castigadas por el sol, de hecho es uno de los target hacia los que apunta el plasma rico en plaquetas. Me gustaría buscar información sobre el plasma en las rodillas, otra de esas partes que un día te despiertas y se acabó lo que se daba, pero como acabo de leer que el tratamiento también se realiza en el pene, seguro que en las rodillas no habrá ningún problema.
Curiosamente, donde también lo he notado mucho ha sido en la piel que rodea las cejas, otra parte en la que se inyecta el plasma. Se ve que esto es genial para hacer que te des cuenta de lo que antes no estaba tan divino como creías. Mi intención en un principio era hacer solo dos sesiones de PRP en lugar de las tres que suelen recomendar, con un mes de diferencia entre una y otra -al igual que aconsejan con el pelo-, pero viendo el resultado creo que voy a completar las tres reglamentarias y no dejar pasar la oportunidad.
Por desgracia ya no me acuerdo de cuando desaparecieron los puntitos de sangre, ni de si recibí alguna indicación especial para los días siguientes aparte de mantenerme alejada del sol, pero si me he dejado algo iré actualizando. Mis tersas manos os saludan desde el teclado, encantadas y felices.
Dra Elisabet Pla
Clínica Tufet
Tlf: 934584168
Que alegria leer una nueva entrada! Notaste también una mejoría de los poros de la piel de la cara? Gracias
yo me lo hice en el pelo y me encantó el resultado, ahora hago una sesión de refuerzo cada 6 meses.
Nunca comento por pereza pero tenía que darte las gracias por recomendar a tu doctora. Me salvó el mentón (y la cara) de las consecuencias de una microgenia que no me atrevía a arreglar en un quirófano y desde entonces la veo cada dos o tres meses para otras cositas. Te estaré siempre agradecida. Un fuerte abrazo.