La crema de manos es uno de esos cosméticos con los que me cuesta mucho ser constante y mantener una rutina.
Sinceramente, uso las cremas de manos cuando me acuerdo. Admiro a las mujeres que tienen su tubito en la mesilla de noche y se la aplican antes de ir a dormir… Yo no soy capaz.
Eso no quiere decir que no sea consciente de que estoy cometiendo un gran error. Estoy muy orgullosa de mis manos y debería darme vergüenza lo mucho que las dejo de lado. Lo que hago una vez por semana es utilizar una crema de manos muy rica e nutritiva. La dejo actuar una hora más o menos, y luego aclaro.
Utilizo dos productos para hidratar las manos. Uno es la crema Queen Helene. Es un artículo de droguería muy popular en Estados Unidos, y súper económico.
En realidad, es una manteca. Ofrece una hidratación muy intensa, extrema. Además, también lleva lanolina pura. La lanolina es una cera producida por la piel de la oveja para proteger la lana del frío. Es el ingrediente perfecto para quienes necesiten un tratamiento de choque en las manos por falta de constancia a la hora de cuidarlas. O para las chicas que tengan las manos extremadamente secas.
La crema de Queen Helene tiene una formulación sencilla. Antes de que me llegara estaba temblando al pensar en el olor a plástico que tendría que echar, pero nada más lejos de la realidad. No huele a nada sintético, sino a un aroma cremoso, a manteca dulce con algo de cacao y coco.
El segundo es una bomba: la manteca de karité Ivory de Liha Beauty. Dicen que la manteca de karité es uno de los mejores cosméticos naturales del planeta; en mi caso, siempre ha sido un fiasco.
Todo cambió cuando probé este producto. Está hecho 100% de manteca de Ghana, huele a nuez y a vainilla y la calidad es tan brutal que me ha ayudado a nutrir y reparar las uñas después de que me arrancara el esmalte de la manicura Shellac. La utilizo como tratamiento intesivo de manos y de uñas. Es muy, muy eficaz. Me gusta tanto que a veces también la uso como contorno de ojos.
Como veis, mis «cremas de manos» son muy sencillas, pero no necesito usar nada más. Son tan, tan hidratantes que me dejan las manos cuidadas y perfectas. Al menos, de momento…
