MIS PRIMERAS CLASES DE YOGA

MIS PRIMERAS CLASES DE YOGA

Como me he visto en la necesidad de solucionar mis problemas de colocación de espalda y hombros, el yoga ha sido una de mis opciones para avanzar un poco más rápido. Parece que el yoga es yoga y nada más, pero hay varios tipos de técnicas, según nuestras necesidades. Solo tenemos que encontrar cuál es la técnica ideal para nosotras.

Voy a clase de Hatha Yoga una vez por semana. El Hatha Yoga es la técnica más física de todas. Su nombre viene de la mezcla de la palabra Ha -sol- y Tha -luna-, simbolizando la unión de los puntos opuestos. Trabaja la elasticidad y resistencia del cuerpo a través de movimientos lentos.

 

 

El Hatha Yoga busca potenciar la fuerza y la conciencia de nuestra voluntad. Una clase especial lleva a cabo las poses más tradicionales. Las técnicas consisten en poses (llamadas asanas), purificaciones y pranayamas (ejercicios de control de la respiración). Para mí ha sido un ejercicio un poco duro, los movimientos no son tan relajados: requieren mucho control de la respiración y fuerza.

Una de las secuencias más famosas es el Saludo al Sol o Suria Namaskar, un calentamiento considerado como un ejercicio cardiovascular por la intensidad de algunos de sus pasos. Lo descubrí en la clase de Body Balance y me encanta. Tiene que ser maravilloso realizarlo al aire libre.

 

 

El Kundalini Yoga es totalmente distinto. Esta técnica nos ayuda a potenciar la energía que permanece dormida en nuestro interior. Todos los supuestos beneficios me parecían exagerados y absurdos, pero después de varias clases, he cambiado de opinión. Mi profesor es un hombre que ha estado en la India y en refugios y santuarios de todo el planeta, y es un firme defensor de esta práctica para eliminar el temor por lo desconocido y los apegos del pasado.

¿Cómo se consigue eso? Supongo que os sonará, pero en el Kundalini Yoga se realizan cánticos. Y en las primeras clases, cantar no es nada fácil el famoso OOOOMMMMMMMMM… A mí se me escapaba la risa e intentaba hacerme la loca para que el profesor no se diera cuenta de que no estaba cantando. Pues perder esa vergüenza y cantar sin que me preocupase sonar ridícula fue el primer paso que di para abrir mi mente y eliminar mis prejuicios. Somos nosotros los únicos responsables de las trabas que nos podemos durante el día. Y los culpables de nuestras propias limitaciones.

 

primeras clases de yoga

 

El consejo más importante que me ha dado mi profesor es estar preparada para hacer una pausa completa en mi vida durante el rato que dura la clase. Es el momento de no estar consciente, de olvidar los problemas y de no estar disponible. En la primera clase, eso es prácticamente imposible. Pero luego he ido aprendiendo a dejar ir y a pensar solo en mi propia mente y mi respiración. Otros tips importantes son: no comer dos horas antes o después de la clase, y dejar el yoga en el último lugar de la lista de ejercicios. Después, es hora de coger la bolsa de deporte y volver a casa.

En cuanto a la ropa, mi pauta es: haz lo que quieras. Lo único importante es la comodidad. El éxito de esta actividad entre los famosos ha convertido esta industria en algo muy frívolo. No necesitas una esterilla de marca ni el último modelo de pantalones de algodón de diseño. Si te apetece comprar la esterilla de las famosas, entonces sí, por supuesto. Lo importante es que hagas siempre lo que te parezca mejor, sin pensar en lo que opinen los demás.

 

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Namaste!