Estuve mucho tiempo dándole vueltas a la idea de comprar la botella cristal cubierta de silicona BKR. Menos mal que al final lo hice porque ha terminado siendo uno de mis imprescindibles.
Me fijé en estas botellas cuando vi que muchas modelos y famosas que me gustaban tenían una, desde modelos como Gisele y Alessandra Ambrosio hasta actrices como Kate Hudson y Jessica Alba. Mmmmm. Recuerdo bien las imágenes de los paparazzi que las sacaban saliendo de la clase de yoga o del local de zumos verdes con esa preciosidad de botellita. Parecía un mini-bolsito.
Como aquí nadie había hablado de esas botellas, busqué en inglés y me gustó mucho lo que leí. BKR era una botella de cristal ecológica, hecha con materiales aprobados por la FDA: la administración de la salud pública de Estados Unidos. Luego me pregunté por qué la FDA se había pronunciado sobre una simple botella.
Curiosamente, luego me apunté a un gimnasio que vendía esas botellas y empecé a verlas por todas partes, porque casi todas las chicas tenían una. Mi envidia empezó a alcanzar picos peligrosos, pero gastar 35-40 euros en una botella para beber agua, por muy mona que fuera, no me parecía razonable. Me mantuve firme y aguanté incluso cuando vi que sacaban ediciones limitadas con pinchos, tipo estrella del rock. Mi rollo.
BKR me había entrado por los ojos desde el minuto uno. Y cuando eso pasa, es muy difícil que algo se te quite de la cabeza.
Para mí, beber agua es lo más aburrido del mundo. Lo pasé muy mal cuando decidí dejar de beber coca-cola light en todas las comidas, como he hecho toda la vida, y pasarme al agua. No soy de esas chicas que bebe entre ocho y doce vasos al día, como las modelos. Pero lo peor es que la mayoría de las veces que voy al gimnasio, me olvido de coger una botella de la nevera y tengo que comprar una por el camino, en el primer super que me encuentro. Esto me molesta porque desde que instalamos agua de osmosis en casa, le he cogido un poco de manía al sabor del agua embotellada. La verdad es que noto la diferencia.
Entonces se me ocurrió la genial idea de reutilizar botellas de plástico y llenarlas de agua de osmosis y así estuve un tiempo, creyéndome la más lista del planeta.
Casi me muero cuando leí un artículo de Byrdie que explicaba lo peligroso que era hacer eso; es como beber un poquito de veneno todos los días. Eso es lo que pensaron las fundadoras de BKR: para ellas, la mayoría de las aguas embotelladas de plástico eran pura basura. No encontraron alternativas en las botellas de metal y así nació la idea de fabricar aguas de cristal envueltas con fundas de silicona. «Creamos exactamente lo que queríamos. Algo bonito, chic y elegante que te convierte instantáneamente en la persona más hidratada, elegante y con glow del planeta, incluso con unos vaqueros y una camiseta».
Gracias al artículo de Byrdie, ya podía comprar la botella BKR con la conciencia tranquila y eso hice. La lleno varias veces al día y puedo decir que bebo más agua desde que la tengo. Me ayuda a saber cuánta cantidad he bebido en un día porque calculo las veces que la he rellenado y así me hago una idea, en lugar de pensar pues no sé….. creo que he bebido bastante… ¿no?
Si ha llenado tres veces, significa que he bebido litro y medio. Si la he llenado dos, he llegado al litro, entonces tengo que beber un poco más porque he hecho deporte. Se acabó volverme loca al ver que voy camino del gimnasio y se me ha olvidado la botella de agua. La meto en la bolsa y se acabó.
Se lava fácilmente con agua y jabón y también se puede meter en el lavavajillas.
La botella BKR, además de saludable y preciosa, motiva mucho para cumplir una de las principales normas de la belleza que es hidratarse por dentro. De hecho, las creadoras de BKR, retaron a sus primeras clientas a llenar cuatro botellas al día y ver cómo evolucionaba su piel en un mes. El resultado fue tremendamente positivo. Yo no la compré por eso, de todas formas. Sí, conozco la relación entre la hidratación y el estado de la piel, pero a mí me hacía falta esta botella porque me cuesta mucho beber agua y desde que la tengo, es mucho más fácil.
Mi consejo, si os apetece daros el capricho, es que cojáis el color que más os guste, por ñoño y cursi que os parezca. Cuando la tengáis en casa, se os caerá la baba, ¡la botella BKR es una auténtica preciosidad! Tenéis varios colores para elegir y seguro que uno de ellos es vuestro tono ideal. Así que no os cortéis.
Desde que publiqué este post por primera vez en 2016 hasta el día de hoy, no solo sigo con mi BKR sino que tengo varios modelos distintos. Para mí, es un accesorio más.
q chulo este post! lo recuerdo, así fue como encontré tu blog que gracia!
el artículo de byrdie ya no está, lo borraron no?
Me acuerdo del artículo de Byrdie. Estaba muy bien (como éste, obvio). Yo también tengo agua alcalina en casa y la botella con pinchos.
Yo la tengo en fucsia y va conmigo a todos sitios : gimnasio , oficina , mi casa … es monísima y súper practica !
Daiquiri podrías hablar un poco más del agua de ósmosis ?