Me vuelve loca este accesorio.
Creo que las sandalias barefoot van a la par de los pendientes de aro en el podio de los accesorios de tía buena. Son tan favorecedoras que te hacen sentir guapa y sexy al instante.
Veo a muy pocas mujeres con estas sandalias especiales para pies descalzos, pero cuando encuentro a alguna, siempre pienso WOW, una chica que sabe lo que hace.
Yo tengo varias de estas sandalias y son ideales para estar en la playa o piscina, en chiringuitos, fiestas en casa y lugares de ocio junto al mar. A la hora de elegir el estilo, el cielo es el límite.
Por la época y por el tipo de accesorio que son, podemos ser todo lo horteras, extravagantes y bohemias que nos apetezca.


También podéis llevarlas solo en un pie, no hay ninguna regla especial. Lo importante es que la pedicura esté bien hecha, con las uñas pintadas de algún esmalte claro, o al menos, una capa de brillo.
Si no queréis un estilo demasiado boho, el resto de vuestro estilismo tendrá que ser muy, muy minimalista. Nada de bisutería de plata, ni anillos en los dedos, ni cintas en el pelo tipo hippy…
El crochet es muy utilizado para estas sandalias, pero hay que elegir con cuidado. A veces, la tela es demasiado ancha y es difícil ajustarla bien en el pie. Aunque parece bonito, no queda tan bien como parece en las fotos.
La versión top de este complemento son las sandalias barefoot de pedrería. Entonces, más que una sandalia, estaríamos hablando de algo parecido a una pieza de joyería. He visto algunas en Ibiza, de piedras doradas y turquesas. Son una maravilla para la vista.
Suelen venderse de una en una, quizá porque poner dos sería excesivo, y cuestan alrededor de 120 euros.
La firma House of Emmanuele, muy popular en Instagram y especializada en joyería de cristal, tiene piezas de este estilo, aunque el precio es mucho más prohibitivo, unos 500 euros el par.

Tenéis montones de opciones bonitas y económicas. ¿Os animáis a probar?