Hay una operación cuerpo de la que merece la pena hablar: la que hizo Angelina Jolie para rodar Tomb Raider.
Acabo de comprar una biografía de Angelina Jolie, The Biography, escrita por Rhona Mercer. En realidad, es un recopilatorio de toda la información que ha salido en la prensa sobre ella, desde que nació hasta después de liarse con Brad Pitt, pero me ha parecido un libro muy interesante y muy completo.
Cuenta cosas que no sabía y que me ha encantado leer, como que sus vecinos casi celebran una fiesta cuando se largó de casa de su madre a los dieciséis años, de lo hartos que estaban de ella.
La parte que más me ha gustado ha sido la que cubre su vida en los primeros años de la década 2000, su mejor etapa. Su evolución es muy inspiradora y por eso nunca me canso de leer cosas sobre su vida en esos años.
Yendo al tema de hoy, el libro también habla largo y tendido de todo lo que tuvo que hacer para conseguir el cuerpazo que lució en Lara Croft. Algo había leído en la red , pero en la biografía viene todo más detallado.
Lo que muy poca gente sabe es que los productores de Lara Croft no se fiaban un pelo de Angelina Jolie: no querían contratarla para luego tenerla arrastrándose por los estudios, agotada después de haberse metido… lo que fuera.
Angie les aseguró que estaba limpia y ellos respondieron que iba a tener que demostrarlo con análisis de sangre y orina. Después, iba a tener que seguir un estricto plan de dieta y deporte.
No hay forma de saber si en esa época tomaba drogas o no, pero hay muchas entrevistas de esos meses, cuando estaba rodando Pecado Original con Antonio Banderas, y no tenía buena pinta.
Lo que sí está demostrado es que su estilo de vida era un desastre. Como ella misma reconoció poco después, su alimentación estaba muy lejos de ser equilibrada. Comía demasiado o demasiado poco, le encantaban las bolsas de Doritos y su desayuno consistía en un café solo y un cigarrillo.
El ejercicio físico no le había interesado en la vida. Sabiendo que toda su belleza residía en su rostro perfecto, quizá pensaba que no le hacía falta preocuparse mucho por su cuerpo.
La cosa cambia cuando toca interpretar a una mujer explosiva, atlética, fibrada pero con curvas, que trepa por la jungla, va en moto de agua, pega tiros y persigue a sus enemigos sin piedad. En cuanto estampó su firma en el contrato que iba a convertirla en una súperestrella, Angelina se vio obligada a cambiar de hábitos y empezar una rutina saludable por primera vez en su vida.
Los productores seguían sin fiarse de su fuerza de voluntad, así que contrataron a un supervisor para que hiciera de acompañante y controlador, Bobby Klein. Era una especie de terapeuta new age, que convenció a Angelina para que probara la meditación y los baños de leche de burra a lo Cleopatra para ponerse en el modo adecuado.
Por desgracia, el terapeuta empezó a acosar sexualmente a varias mujeres que trabajaban en el set, por lo que Angelina exigió que le largaran de inmediato.
El entrenamiento de Angelina Jolie consistió en actividades que habían sido elegidas cuidadosamente. No solo por los resultados que ofrecían, sino porque servían para que Angelina se impregnara del espíritu guerrero del personaje: kick-boxing, street-fighter, clases de yoga e ir en canoa.
Su falta de experiencia y su exceso de entusiasmo -no quería ser doblada en las escenas de riesgo- provocaron que se lesionara el pie, la rodilla, los hombros e incluso el cuello. «Cada semana me lesionaba de algo nuevo», dijo ella después. «Ensuciarme, arrastrarme por el suelo… todo eso me gustaba, porque me hacía sentir como Lara».
La dieta era imprescindible para moldear el cuerpo de Angelina Jolie. El objetivo no era perder peso, sino ganar músculo y tonificar. Su rutina de deporte era muy intensa: solo con una clase de kick-boxing perdía unas 800 calorías. Era muy importante que comiera varias veces al día y en abundancia.
Su dieta era la típica de las modelos y actrices en la misma situación: bajo consumo de carbohidratos, una mayor ingesta de proteínas y bye bye azúcar. «Solo puedo comer algunas cosas. Suelo cenar lubina o carne al vapor con muchas verduras. Mucha carne y mucho huevo. No he dejado el café del todo, pero me estoy aficionando al té por las mañanas. Es interesante porque ahora tengo unas pautas, cuando antes estaba acostumbrada a comer lo que me apetecía y cuando me apetecía, sin horario», dijo.
La leche de soja también fue una novedad muy importante: se aficionó tanto a ella que, al final, ya no bebía otra cosa.
En el libro cuentan que Angelina Jolie estaba entusiasmada con las curvas que se formaron en su cuerpo a las pocas semanas de empezar con la dieta y el entrenamiento. Por eso ha sido una decepción leer que, cuando tocó negociar el rodaje de la segunda parte, Angelina se negó a volver a prepararse como había tenido que hacer para filmar la primera película. Exigió una dieta menos restrictiva, entrenó mucho menos y durante menos días, y dijo que pasaba del yoga porque le parecía un rollo.
¿Os imagináis que hubiera seguido con ese cuerpazo?
Buenos días Daiquiri, gracias por el post! Todo lo que escribes es muy interesante.
Queria preguntarte sobre el aceite que vi en tu instagram, Gypsy oil
Parece maravilloso y la descripción tan detallada que aparece en la pagina web me parece increíble! Es realmente tan bueno? Y donde se puede comprar? Muchisimas gracias!
Bueno, yo entiendo que una rutina tan fuerte como la que debió seguir es muy difícil mantenerla un largo período de tiempo. Y probablemente tampoco hubiera sido sana por el tema de lesiones que comenta. Actualmente no luce nada bien porque ese infrapeso no le ayuda. No sé si será voluntario o no.
En mi opinion tenía un cuerpo 10, fuerte pero no esquelética
!me encanta! Sigue siendo guapa pero esos años fue ESPECTACULAR .
ahora la dejaría comerse de vez en cuando una bolsa de doritos o un bocata de jamón jajajajaja