La leche de coco es una de mis bebidas vegetales favoritas.
Realmente, no es fácil encontrar una que sepa realmente bien y hay algunas que directamente saben a tierra. Lo malo es que en este país todavía no estamos acostumbrados a estos alimentos. Somos cultura de procesados.
He vuelto a comprar leche de coco para preparar los batidos de proteína que me gusta tomar después del gimnasio. Tengo claro que no voy a volver a pasar de ella, aunque sea cara y difícil de encontrar.
La leche de coco es la más nutritiva y la que tiene mejor sabor. No tiene nada que ver con el agua de coco. El agua de coco se encuentra dentro del coco inmaduro. Mientras que la leche se obtiene de la pulpa que se forma en el interior de los cocos maduros.
Tiene un sabor dulzón y exótico mucho más agradable que el de otras leches vegetales, que tienen siempre ese regusto a tierra que se me hace tan extraño. Al menos, yo lo noto.
¿Os suena de algo la dieta Paleo? Está basada en la alimentación de nuestros ancestros del Paleolítico. Solo podían comer plantas y carne animal, y comían de forma mucho más esporádica por falta de recursos. Como esa fue la alimentación del ser humano durante dos millones de años, se supone que genéticamente solo estamos capacitados para tolerar una dieta paleo.
Aún no estamos bien adaptados para consumir legumbres, granos, lácteos, sales y azúcares refinados. Enfermedades como la diabetes o la obesidad serían algunas de las consecuencias de la alimentación moderna.
La filosofía Paleo ha popularizado las leches vegetales. Especialmente, la de coco.
La leche de coco es muy rica en nutrientes esenciales. Aparte de los hidratos y las proteínas, tiene una gran cantidad de vitaminas y minerales. Su porcentaje de azúcar es de un 2%. No tiene glucosa ni fructosa. Su sabor ligeramente dulzón se debe a los aceites y grasas. Es genial para cualquier bebida que os apetezca. Combina genial con el café, el chocolate y lo que sea.
En España no venden muchos tipos de leche de coco, y muchas llevan azúcar añadido. Tenéis que mirar bien las etiquetas. Como siempre, en Estados Unidos están mucho mas avanzados con las intolerancias alimenticias. Allí se vende una gran multitud de variedades de leche de coco: leche de coco con vainilla, con calabaza picante, con menta, con ponche de huevo americano…
Una de las desventajas de la leche de coco es su contenido en grasas saturadas. Pero en realidad se trata de ácidos grasos de cadena media. Las grasas de cadena media son mucho más fáciles de digerir y absorber que las grasas de cadena larga. Estimulan mucho menos la producción de colesterol. Pasan directamente a la sangre y eso las convierte en una buena fuente de energía.
En las tiendas de suplementos deportivos suelen venderse triglicéridos de cadena media en polvo para tomar antes del ejercicio físico. Ayudan a quemar grasas e incrementar los niveles de energía. Eso me ayudó a decidirme a la hora de comprar la leche de coco para preparar mis batidos para después del entreno. Por supuesto, de proteína vegana.
La leche de coco es saludable, fácil de digerir, ligera y nutritiva. Es perfecta para nuestra dieta y para olvidarnos de la leche de vaca, mucho menos saludable para un cuerpo que no está preparado para digerirla. Cuando deis el paso, no os vais a arrepentir de hacer el cambio.
Eso sí, no se puede negar que el aporte calórico es considerable. Son220 calorías por cada vaso. Pero ya sabéis mi opinión al respecto… las calorías no importan, lo importante es que nos alimentemos correctamente.
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