Camila Alves es conocida por ser la esposa de Matthew McConaughey. Su historia de amor es preciosa.
En 2006, el guapísimo Matthew quedó para tomar algo con un amigo. El actor no tenía ni idea que esa noche iba a cambiar su vida para siempre. Entre copa y copa, vio pasar a una impresionante morena vestida de turquesa, rebosante de confianza en sí misma. Matthew se quedó atónito: «¿Pero quién es esta? ¿Qué es esto?», le preguntó a su amigo.
Después de pasar un rato intentando llamar la atención de la mujer con miraditas, poses de interesante y demás, Matthew se dio cuenta, según sus propias palabras, de que lo tenía que hacer era mover el culo e ir a por ella. Y eso hizo. La mujer era una camarera brasileña, Camila Alves, la que hoy es su mujer.
En esa época, Camila Alves solo hablaba portugués, pero Matthew, que había aprendido español con Penélope Cruz, no tuvo problemas para hacerse entender. Tres días después, suponemos que después de que Matthew hubiera puesto en orden sus asuntos (ejem… su relación con la actriz española), la pareja tuvo su primera cita.
A partir de entonces, el actor de Hollywood no volvió a tener ojos por ninguna otra mujer.
Una mujer de origen humilde, que había llegado a Estados Unidos sin nada y que incluso había trabajado limpiando casas. Ella era la afortunada que había conquistado a un soltero de oro, por encima de guapísimas y deslumbrantes actrices que se quedaron con las ganas.
El éxito de Camila Alves fue una mezcla de varios factores, imprescindibles a la hora de encontrar al hombre adecuado. Primero de todo, era el momento indicado. Como luego admitió Matthew, en ese momento estaba receptivo y se sentía preparado. Ya había pasado por varias relaciones que le habían hecho evolucionar y estaba listo para encontrar a la mujer de sus sueños. Después, entre Matthew y Camila había química, algo indispensable.
Y por último, a pesar de su confianza y su personalidad, Camila Alves era una mujer con los pies en la tierra. Aunque era segura de sí misma y optimista, no era arrogante o caprichosa. Eso fascinó a Matthew McConaughey.
Camila Alves dejó su país a los 15 años para irse a vivir con su tía a Los Angeles. Su objetivo era trabajar como modelo. Mientras lo intentaba, se ganaba la vida como camarera y asistenta del hogar.
En cuanto conseguía ahorrar algo de dinero, viajaba a Nueva York para entrevistarse con agencias de modelos: todas le decían que no. Después de cada rechazo, Camila recuerda verse a sí misma en la calle, con su book de fotos bajo el brazo, llorando y pensando en regresar a Brasil. Pero al final, se negaba a tirar la toalla y seguía luchando.
Camila Alves no basaba la seguridad en el físico, sino en la personalidad. Su padre le había enseñado la importancia de no venderse barata. Es evidente que de ahí vino su «si quieres algo, muévete tú», cuando se dio cuenta de que Matthew McConaughey quería conocerla.
La seguridad no tiene nada que ver con la prepotencia, sino con el respeto propio. El propio Matthew contó a la revista People que lo que realmente le cautivó de Camila Alves fue su sencillez y el respeto que sentía hacia él. Es decir, una mujer difícil de conseguir, pero con la que era fácil estar.
Eso es un rasgo de Camila que mencionan todos los periodistas en los artículos que se escriben sobre ella: siempre segura, nunca prepotente. No es lo mismo.
¿Qué hay de su estilo? Camila Alves siente debilidad por las piezas de joyería antiguas. No es de extrañar que su anillo de compromiso fuera vintage, de gran tamaño y con un diamante rosa. A Camila le encantan las joyas, pero se siente culpable gastando mucho dinero en ellas. Las únicas piezas buenas que tiene son regalos de patrocinadores o de su marido.
Camila ha admitido que los pendientes por los que más le preguntan las mujeres cuando la ven por la calle son unos de brillantes falsos de Topshop. «Si llevas unos zapatos buenos, nadie se da cuenta de que tus pendientes son baratos».
Siempre piensa en su marido a la hora de arreglarse para la alfombra roja; sabe que los paparazzi van a fotografiarlo todo, desde la raíz del pelo hasta la punta del dedo gordo del pie, y nunca se arriesga. Ha admitido varias veces que le gusta lucir perfecta en sus apariciones públicas por respeto hacia él. Así que detrás de sus looks hay siempre un buen equipo de estilistas y maquilladores.
No terminé de verla favorecida cuando Matthew McConaughey ganó el Oscar: era un look indudablemente elegante y poco arriesgado, de ésos que nunca saldrá en la lista de las peores vestidas… Pero ni el color ni la caída del vestido le quedaban bien. Por no hablar de los reflejos dorados del cabello, no tan perceptibles en foto, pero que hacían un efecto muy extraño en movimiento.
Normalmente, cuando una mujer es muy oscura en el conjunto ojos, piel y cabello, es buena idea crear un poco de contraste que de luz con mechas o reflejos rubios… Pero éste no ha sido el caso.
Me ha sorprendido leer a Camila admitiendo que no tiene ni idea de maquillaje y que apenas sabe pintarse la raya del ojo. Lo cierto es que es raro verla con ahumados intensos o sombras de ojos. Solo he visto un par de fotos suyas de calle con los labios pintados de rojo. Creo entender por qué: es difícil encontrar tonos que favorezcan a su piel y a sus rasgos. Cuando todo es tan exuberante y oscuro, el maquillaje suele estropear el conjunto, en lugar de favorecerlo.
Camila Alves, como todas las morenas, utiliza polvos bronceadores para darle un aspecto saludable al rostro y evitar el odioso tono apagado. Otro problema de su color de piel es que el tono no es el mismo en todas las zonas del rostro. Para cubrir las ojeras, utiliza tres correctores de tres tonalidades distintas.
Su rutina facial no es muy sofisticada. Se puede ver que tiene una buena piel, gruesa, resistente, de aspecto luminoso y sin arrugas o imperfecciones. Es probable que tuviera la piel acnéica y grasa de adolescente, y ese tipo de cutis se mantiene joven y terso durante más tiempo.
Su limpiador favorito es el gel de droguería Cetaphil, que cuesta solo ocho euros. Es posible que lo compre muy pronto porque tiene buena pinta.
Me he sentido identificada cuando he leído que su pelo rizado y voluminoso la tiene completamente amargada, y que ya no sabe qué hacer con él. Según ella, lo ha probado todo, todos los tratamientos del mercado, y al final ha terminado tan harta de químicos y de planchas que ha decidido aceptarlo como es y dejarlo tal cual.
¿Qué os parece Camila Alves?
Partiendo de la base de que el cabello son restos de celulas muertas por tanto nada que utilicemos lo hidrata, quiero explicar que la keratina (sin formol y con el) recubre cada cabello dando apariencia de hidratacion, brillo y menos rizo pero en realidad lo q se esta haciendo es poner una especie de pegamento al pelo q tarda en caerse unos 4 meses y que tapona cada pelo evitando q penetre ningun tipo de aceite y por tanto acaba resecandolo. El problema es que la gente no se da cuenta por que solo ve el pegamento y el efecto de este. Una de las consecuencias de la keratina es q el pelo se empieza a ensuciar antes. Eso es por el exceso de siliconas q no son removidas bien en los lavados. Despues de la primera aplicacion de keratina la gente no puede parar se hacersela porque meses despues reaparece el pelo reseco por culpa de este tratamiento asfixiante y te venden la moto de q es que se ha pasado el efecto….Lo que sucede con el cabello despues de años de keratinas es digno de una peli de terror…yo pase de melena x la cadera a por encima del pecho ….quiza por todo esto Camila no utiliza este tratamiento que en realidad es poner un plastico pegado con calor a cada cabello.
Hola Emma, te equivocas. El cabello se puede hidratar y de hecho se hidrata. Si no, no existiría la industria de productos capilares, nos lavaríamos con Fairy y un par de gotas de limón y listo. Yo llevo un año haciéndome los alisados de keratina y en cuanto se me pasa el efecto mi pelo sigue siendo el mismo, ni más ni menos seco. Lo que pasa es que el contraste entre el cabello de keratina y el cabello en su estado habitual es muy, muy grande, y da la sensación de que la diferencia es abismal (de hecho lo es), pero no más que antes de empezar con los alisados. Como mujer que tiene el mismo pelo que Camila y que ha probado de todo durante más de diez años, te puedo garantizar que la keratina bien hecha es una bendición.
Ya te digo si el cabello se puede hidratar! Que me lo digan a mi que en enero tenia pelo estropajo y ahora voy camino de tener pelasso, no tanto como el de daikiri pero por ahi va. Sublimes los productos que recomiendas en el libro daikiri, especialmente los de cristopher robin, a mi parecer mejores incluso que los de PhilipB
Yo entiendo lo de las siliconas hasta cierto punto, porque he usado productos que llevaban siliconas y el efecto sucio es realmente desagradable. Pero tambien he usado productos capilares de lujo que llevan alguna, y ningun problema. No sé si se debe a que hay distintos tipos de siliconas, o a la cantidad utilizada, pero la diferencia es notable. De todas formas, no soy de las que se preocupan demasiado con ese tema, yo me aferro al resultado, no a las etiquetas.
Tener un tío así loco por ti, que deja a su novia y todo es para tener muuuuucha seguridad en ti misma 😉
Esta pregunta puede resultar absurda, pero, como se obtiene la keratina de estos tratamientos? Es una especie de super silicona que recubre el cabello dando la apariencia de mejora o es la proteina real de la q esta compuesto nuestro cabello? Que ingredientes lleva el tratamiento q hace
Mi pelo es como el de Camila y me tiene super amargada. Siempre estoy probando e ideando formulas para q mejore. Habia pensado q la keratina era para mi pero ahora dudo a raiz del comentario!
No soy experta en keratina, pero la que me ponen a mí es a base de proteínas, aceites y aminoácidos. Pero sinceramente, aunque fuese mentira y llevase químicos… ¡me daría lo mismo! XD Échale un vistazo a este post. Yo también tengo ese pelo, incluso más rizado que el de Camila que veo que es de rizo grande, y no pienso volver atrás jaja
https://www.daiquirigirl.com/keratina-brasilena-tbb-increible/
Me encanta Camila.
Desprende naturalidad y simpatía. De ese tipo de mujeres felices con ellas mismas que lo proyectan al exterior.
No es demasiado sofisticada en su día a dia sino más bien sencilla pero su estilo de calle suele ser ideal.
Siempre me pareció exótica y guapa.
En sus últimas apariciones luce pelo rizado y a mi me gusta como le queda!