Aunque parezca increíble, cuanto más morena es una mujer, más difícil lo tiene para mantener un buen color. Sí, así es. Normalmente, las pieles blancas mantienen el mismo tono, mientras que las morenas sufren una constante oscilación de tonalidades, del dorado más resplandeciente al color champiñón delirante… en cuestión de días. La piel naturalmente morena se apaga fácilmente, y cuando llega el invierno, adquiere un color desagradable. Uno de los mejores ejemplos es Sara Carbonero. Su maquilladora de Telecinco necesitaba tener siempre a mano varios tonos distintos de base, porque Sara cambiaba de tono de piel de un día para otro.
Eva Longoria y Jennifer Lopez también tienen ése problema. En general, es algo común en mujeres latinas y árabes, especialmente si son mestizas. Lara Álvarez parece que también tiene el mismo problema, pero ella lo mantiene oculto estando siempre bronceada. Porque no hay otra solución. Si no, la alternativa es lucir una piel cetrina y amarillenta.
Yo soy otra de las afortunadas, y aunque no me gusta estar bronceada en invierno, tener ese color seta tampoco es una opción. Decidí buscar una solución arriesgándome con la firma James Read, de la que había leído maravillas en internet. James Read es un experto en bronceado que se inspiró en actrices de los años 70 para crear su propia firma de autobronceadores: Farah Fawcett y su moreno californiano eran su idea del bronceado ideal. Un color natural, saludable y radiante, que se pudiera conseguir sin exponerse al sol. Su firma vende numerosos productos autobronceadores y de todas las textura, desde mousse hasta formato líquido.
El producto elegido fue algo llamado Express Glow Mask. Por alguna razón, la combinación de las palabras mascarilla y autobronceador me sonaba bien. Lo compré también porque James Read prometía un ligero bronceado dorado en solo treinta minutos, y un tono un poco más profundo en una hora. La palabra ligero sonaba bien para mi problema: solo quería recuperar el color, igualar el tono de mi cutis y la piel de mi cuerpo.
A simple vista, me dio una impresión muy buena. Express Glow Mask viene en formato gel, de color transparente, y es suave y ligero. No me gusta eso de el autobronceador salga del bote líquido y pringoso, y con un color oscurísimo y marrón… ¡ugh! El sistema de James Read parecía simple y limpio. Evidentemente, no deja de ser un autobronceador, por eso es necesario lavarse las manos después. Pero realmente, no tiene mucho que ver con los autobronceadores que estamos acostumbradas a usar.
Se aplica fácilmente, o al menos no hay que seguir un protocolo especial. Se reparte por el rostro como si fuera una hidratante, extendiendo bien y no olvidando ningún rincón. Nada más. Como siempre, es importante aplicar el autobronceador con la piel totalmente limpia, e hidratada al menos una hora antes de empezar el proceso. No hay que utilizar hidratante justo antes, porque se mezclarían los dos productos sobre el rostro y el resultado podría alterarse.
Y hablando del resultado, ¿cuál es el que ofrece esta mascarilla autobronceadora de James Read? Solo cuarenta minutos después, tenía un moreno subido, natural y muy bonito. Me ha encantado, mucho más de lo que esperaba. No es un bronceado naranja, ni demasiado marrón. Es justo lo que necesitaba. Me veía resplandeciente y mucha gente me lo dijo ese día, que estaba más guapa. Me enamoré por competo de este producto, que luego pasó a ser uno de mis cosméticos imprescindibles en cuanto llegó el frío, y ahora, dos años después, sigo siendo fiel a él.
No he vuelto a comprar ningún otro producto de bronceado, aunque la buena experiencia con mi Express Glow Mask hace que siempre tenga ganas de comprar alguna cosa más de James Read.
No tengo forma de saber si es adecuado para pieles claras. De todas formas, tened en cuenta que las pieles blancas son preciosas y que muy a menudo, no necesitan autobronceador para nada. Aunque parezca irónico, creo que somos las morenas las que necesitamos más este tipo de productos, para equilibrar el tono de nuestra piel y controlar el sub-tono amarillo.
Si tenéis la piel bronceada, media, olivácea o cetrina, sin duda es el mejor autobronceador que podéis encontrar. Además, aunque cuesta unos 29 euros, es duradero y no hace falta usar mucha cantidad cada vez. Formará parte de vuestra lista de cosméticos embellecedores para un look de diosa bronceada, junto con el iluminador y el brillo de labios. Yo ya no puedo vivir sin él… palabra.
soy americano y español no es mi lengua materna , tuve que traducir esto a través de google . lo siento si esto suena extraño! me encanta tu blog ! He estado leyendo un casi un año y estoy tan feliz que está escribiendo con más frecuencia ! este post me ayudó mucho! en lugar de estar siempre a la caza de la bronceador bien esta será mucho más natural ! he tenido este problema toda mi vida y nunca he pensado en mi rostro bronceado … gran idea ! muchas gracias por sus mensajes son siempre perspicaz y detallada
Wow! Thanks a lot I really appreciate your comment! You can also write in english.