El Síndrome de Gilbert

El Síndrome de Gilbert

Me ha parecido muy interesante lo que está pasando una de mis lectoras por culpa del síndrome de Gilbert. No podía dejar pasar la oportunidad de pedirle que escribiera su historia.

Hola chicas. Me llamo Ana y lo primero que tengo que decir es que soy una fan declarada de este blog. Lo descubrí hace unos años y desde el minuto uno me pareció súper inspirador. 

Padezco el síndrome de Gilbert. No sé si habréis oído hablar de él; en mi círculo no lo conoce nadie. Significa que tengo unos niveles de bilirrubina ligeramente más altos de lo normal. 

Es un trastorno hereditario que implica la existencia de un gen defectuoso que hace que el hígado tenga problemas para extraer la bilirrubina de la sangre. Lo normal es que, cuando los glóbulos rojos llegan al final de su vida, la hemoglobina se descomponga en bilirrubina. El hígado convierte la bilirrubina en una forma soluble en agua, pasa a la bilis -el líquido que ayuda con la digestión- y se elimina del cuerpo a través de los procesos que todos conocemos.

Sin embargo, con el síndrome de Gilbert, el gen defectuoso hace que la bilirrubina no se transmita a la bilis a un ritmo normal, sino que se acumula en el torrente sanguíneo. Eso provoca el tinte amarillento de la piel y el blanco de los ojos, que es la ictericia.

Otros síntomas pueden ser:

  • Dolor abdominal.
  • Gran cansancio y malestar general, como si siempre estuviéramos enfermos.
  • Pérdida de apetito.
  • Mareos.
  • Síndrome del intestino irritable.
  • Problemas de concentración.

Esto no quiere decir que estos síntomas aparezcan siempre. De hecho, una de cada tres personas con el síndrome de Gilbert no experimentan ninguno.

Y ésa era yo. Sabía que tenía el Síndrome de Gilbert porque de pequeña me habían hecho análisis y había salido el resultado, pero aparte de tener los ojos ligeramente amarillentos de vez en cuando no había tenido mayor problema.

Lo digo en pasado porque desde hace unos meses mi cuerpo ha sufrido ciertos cambios. No son cambios exagerados, pero los noto porque llevo toda la vida acostumbrada a una barriga plana sin hacer mucho esfuerzo. Con un par de días a la semana yendo a correr me mantenía en forma. Pero he pasado a tener la tripa siempre hinchada y con grasa donde antes no la había. Además de las incomodidades que implica tener problemas en el estómago constantemente. No podía hacer vida normal.

Sindrome de Gilbert Que Es

Al principio creía que era una intolerancia. Leyendo a Daiquiri Girl y teniendo molestias estomacales y la barriga hinchada de una embarazada, fue lo primero que me vino a la cabeza. Así que empecé con los probióticos y me leí el libro de Kimberly Snyder, que me encantó y me animó a hacerme zumos verdes por las mañanas y a espaciar el tiempo entre comidas. También estuve a punto de hacerme un test de intolerancia, pero no me decidía: eran muy caros.

Se me encendió a lucecita. ¿Y si resultaba que todos estos problemas venían por mi condición “gilberiana”? Empecé a investigar por internet y mis sospechas se confirmaron.

Entre los desencadenantes que pueden provocar la ictericia se encuentran:

  • La deshidratación.
  • Estar sin comer durante largos periodos de tiempo.
  • Infecciones.
  • Estrés.
  • Esfuerzo físico.
  • Falta de sueño.
  • Tener el periodo.

Llevo ya un tiempo algo más estresada de lo habitual, así que ahí tenía la causa: el estrés. Todo eso me ha llevado a la aparición de un nuevo problema, el Síndrome del Intestino Irritable (SII), que era uno de los síntomas que podía desencadenar el de Gilbert. Se define como un trastorno digestivo común que causa calambres estomacales, distensión abdominal, diarrea y estreñimiento.

Qué es bueno hacer para aliviar los síntomas del SII:

  • Encontrar formas de relajarte.
  • Beber mucha agua.
  • Hacer ejercicio.
  • Tomar probióticos.
  • No comer muy deprisa ni saltarte ninguna comida (adiós al ayuno para mí).
  • No ingerir mucha comida grasa, picante o procesada, ni mucha fruta fresca.
  • Aumentar la cantidad de fibra soluble (avena, legumbres, zanahorias, semillas de lino).
  • Evitar la comida difícil de digerir (repollo, brócoli, coliflor, alubias, cebollas…).
  • Evitar los edulcorantes que acaban en “–ol”.
  • Evitar alimentos ricos en fibra, como los integrales, las nueces y las semillas.
Dieta Baja en Calorías

Además de estas pautas, también aconsejan seguir una dieta baja en FODMAP, de la que ya habló Daiquiri, así que os remito a su artículo.

El descubrimiento es bastante reciente, así que aún estoy en fase de prueba y error, pero las molestias que sentía han mejorado bastante.

Naturalmente, mi rutina diaria ha cambiado. 

En primer lugar, he dejado de engullir la comida como venía haciendo últimamente. Casi ni la saboreaba de lo rápido que la tragaba. Al masticar tan deprisa no daba tiempo a que se formasen las enzimas que ayudan a la digestión, lo que dificultaba todo el proceso. Ahora lo que hago es sentarme y obligarme a masticar despacio y sin prisas, disfrutando de la comida.

Como quiero eliminar la grasilla que me ha salido en la barriga, me he propuesto hacer deporte seis días a la semana. Lo hago por la mañana, después de tomar un vaso de agua caliente con limón y el inductor de colágeno MSM, y alterno salir a correr con yoga y zumba en casa.

Dependiendo de la intensidad del ejercicio que haya hecho, me hago un batido con proteína vegetal o un zumo verde, añadiendo a ambos los suplementos que esté tomando en ese momento y sin poner fruta en ninguno de los dos, porque el zumo de fruta es algo que tengo que evitar sí o sí.

Si después de un rato sigo teniendo hambre, me preparo una tostada de espelta con aceite o un plátano machacado, o porridge de avena. Además, a lo largo del día siempre incluyo un café con fibra y en las comidas intento no mezclar hidratos con proteínas. 

A parte de todo esto, evito en la medida de lo posible los alimentos que he visto que no me convienen, aunque al ser vegana lo tengo un poco más difícil, ya que buena parte de mi dieta está basada en verduras y legumbres, la mitad de las cuales resulta que ya no puedo comer. En mi casa siempre se ha comido bastante sano y nunca he abusado de ultraprocesados, por lo que es natural que en mi dieta habitual predomine la fruta y la verdura. Pero después de informarme sobre todo este tema descubrí que muchas de las verduras que tomaba podían no estar haciéndome mucho bien: la cebolla, alcachofas, espárragos…eran habituales en mi día a día, por no hablar de las manzanas y aguacates, cada día caía uno de cada.

Menuda tragedia lo del aguacate. ¿Por qué? ¡Con lo que a mí me gusta una buena tostada de aguacate! 

Así que me he vuelto un poco loca intentado restringir los alimentos que no me convenían, algo un poco difícil porque parece que no se acaban de poner de acuerdo con los que son altos en FODMAP y lo que no. Con las legumbres no sé muy bien qué hacer. Según la dieta FODMAP, tendría que evitarlas. En cambio, para el SII recomiendan tomarlas, así que he decidido mantenerlas, en menor medida, a ver qué pasa. Igual que con el resto de alimentos dudosos: voy a ir probando a ver cuáles me sientan bien y cuáles no.

También he incorporado la meditación a mi día a día. O al menos lo intento, porque tengo que confesar que me da bastante pereza. Pero estoy decidida a hacer cada día entre 10 y 15 minutos nada más despertarme, a ver si me ayuda a reducir el estrés y noto alguno de los muchos beneficios que dicen que aporta.

Nota: vuelvo a ser yo. No os imagináis la de seguidoras que han descubierto tener sobrecrecimiento bacteriano a raíz de la entrada que escribí al respecto, así que, como siempre digo, no le quitéis importancia a vuestras molestias estomacales. Ahí está la raíz de muchos problemas que desaparecerán en cuanto actuéis.

3 Comments
  1. Muy buen post. Siempre aprendo algo con tus publicaciones y es algo que debo agradecer. Continuamente leo acerca de nutrición y dietética, pero curiosamente aún tengo pendientes los libros de Snyder y de Duigan, quizás porque siempre pongo mi foco en lecturas más estrictamente científicas (soy bióloga y la cabra siempre tira al monte…jeje). Ambos los has recomendado tú, Daiquiri. Por cuál me sugieres empezar?

    Alguna propuesta de lectura más, Daiquiri squad? (En serio, patenta esta expresión que otra suscriptora propuso porque es genial).

  2. Un post genial…me hace pensar en que tengo posibilidades de tener esa condición!

  3. Daiquiri estoy buscando un complemento de Omega3 para el acné que estoy ya aburrida y desesperada de lo mal que tengo la cara. Las que remiendas y las del Dr Perricone no hay forma de encontrarlas. Aconsejas otra marca que sea buena y de buenos resultados también? En internet hay miles…
    Gracias!!

Comments are closed.