Si hay una actriz que derroche belleza y sensualidad en una película, esa es Hedy Lamarr en Sansón y Dalila. ¿Cuáles fueron los trucos que utilizaron para que estuviera tan deslumbrante?
Sansón y Dalila es una de las películas más conocidas de la historia y la más taquillera del año de su estreno, 1950. En realidad, Cecil B DeMille llevaba más de una década obsesionado con llevar una de sus historias favoritas de la Biblia a la gran pantalla. Para los estudios, la idea no parecía atractiva, y mucho menos rentable. DeMille les convenció prometiendo carnaza: los protagonistas de Sansón y Dalila serían completamente explosivos para atraer al público. Para interpretar a Sansón, quería una mezcla de Tarzán, Superman y Robin Hood. Para Dalila, solo hacía falta una combinación de Vivien Leigh y Lana Turner.
No iban a ser más benevolentes con el físico de él que con el de ella, como suele ocurrir en Hollywood. Decenas de actores fueron descartados por ser bajos, por hacer mohines con los labios, por no parecer suficientemente viriles o por estar enfermos el día de la prueba. Eligieron al italoamericano Victor Mature, que de todas formas tuvo que entrenar duro para perder diez quilos antes de empezar a rodar.
En principio, Dalila iba a ser «una seductora de ojos oscuros», pero el director eligió a Hedy Lamarr después de ver la película Algiers dos veces y de pedirle a su agente que le enviara una fotografía reciente. Paramount le ofreció un salario total de 100.000 dólares más extras, además de un presupuesto especial para un profesor de lengua y un peluquero.
Solo hubo complicaciones con el vestuario. No había mucha información sobre las prendas que llevaban los filisteos. Eso suponía un gran problema para vestir a las protagonistas femeninas. Al final, descubrieron que gran parte de la cultura filistea derivaba de la civilización minoica, de la que sí podían encontrarse más referencias.
La estilista, Edith Head, hizo un trabajo magnífico que le dio un Oscar un año después, pero no fue tarea fácil, sobre todo por la falta de feeling que tenía con la estrella. A Hedy Lamarr no le gustaba Edith Head, y a Edith Head no le gustaba Hedy Lamarr, a la que consideraba «una sirena tan perezosa como un gato persa». La primera discusión llegó po uno de los vestidos que Dalila debía lucir para intentar seducir a Sansón. Según Hedy, la pieza elegida por vestuario era bonita, pero demasiado simple dado el contexto de la escena, en la que Dalila tenía que parecer irresistible.
Aunque no queda claro qué vestido fue el motivo de la discordia, se sabe que Hedy quería que el color rojo tuviera más presencia, al ser la tonalidad de la seducción y el amor.
Otro dolor de cabeza para Edith Head fue la pereza de Hedy, que no soportaba las pruebas de vestuario y fingía dolores de espalda, que atribuía a su maternidad, para evitarlos. «Me miraba con sus enormes ojos traslúcidos y me decía que cuando tienes hijos siempre te duele la espalda», contó luego. Victor Mature también habló después de esos falsos desvanecimientos de cansancio, pero en su opinión ayudaron a darle al personaje de Dalila un toque apático que quedó muy sensual en pantalla. «No era ninguna bola de fuego. Caminaba muy despacio. Puede que fuera a propósito o puede que no, pero dio como resultado una Dalila muy lánguida».
DeMille quería que Dalila pareciera muy voluptuosa, pero Hedy Lamarr se negaba a llevar rellenos en los pechos, porque con ellos «no podía actuar de manera natural». Enseñar el ombligo tampoco estaba permitido por la censura de la época, así que tuvieron que hacer malabarismos para taparlo con cinturones de perlas y otros adornos.
No hay vestido que se recuerde más que el que se hizo con miles de plumas de pavo real. Normal que la película ganara el Oscar al mejor vestuario. Sin embargo, a Edith Head no le terminaba de convencer y le disgustaba la falta de rigor histórico del diseño.
No hubo problemas de química entre Hedy Lamarr y Victor Mature hasta la famosa escena del león, que tenía al actor aterrorizado. «Que pidiera un doble para rodar esa parte hizo que Hedy perdiera todo el respeto por él», contaron sus amigos. Otro motivo de discusión fueron los ojos del actor cuando Sansón y Dalila se dan el primer beso. ¿Ojos cerrados o abiertos? Todo el mundo creía que los hombres dan la sensación de estar poco implicados o de pensar en otras cosas cuando besan con los ojos abiertos, pero DeMille pensaba que «solo un tonto cerraría los ojos mientras besa a Hedy Lamarr».
Al final, la discusión terminó en empate: durante el beso, Victor Mature cierra los ojos, luego los abre y finalmente los vuelve a cerrar.
Para Hedy Lamarr tuvo que ser todo un halago que nadie pensara que, a sus treinta y cinco años, podía desentonar interpretando a una adolescente, que es lo que se supone que en las primeras escenas de Sanson y Dalila. Más aún que interpretara a la hermana pequeña de Semadar, Angela Lansbury, la primera mujer en la que Sansón se fija, que tenía diez años menos que ella en la vida real. Hedy causó una profunda impresión en Angela Lansbury, que admitió haberse pasado todo el rodaje fijándose en silencio en sus gestos y en su manera de caminar.
Angela Lansbury estaba deslumbrante en la película, con un cabello rubio que parecía oro líquido. Es normal; al principio, Sansón no siente ningún interés por Dalila e incluso parece repelido por ella. Era muy difícil justificar eso a no ser que Sansón tuviera el seso sorbido por otra mujer hermosa.
Pero la rubia que realmente molestó a Hedy Lamarr durante el rodaje fue Zsa Zsa Gabor -nada menos-, que en la época era la prometida de George Sanders, el actor que interpreta al Saran de Gaza y ex amante de Hedy. «¿Quién es esa z… tan guapa? Quiero que la echéis de aquí», dijo cuando vio a la explosiva rubia por primera vez entre bambalinas. «No. Es la mujer con la que voy a casarme», respondió George.
Según el actor, Hedy Lamarr pareció abatida por un momento, pero se recuperó enseguida. Se vengó tres años después contándole a Francesca, la hija de tres años de George y Zsa Zsa, cómo se hacían los hijos.
El uso del Technicolor tenía a Hedy Lamarr entusiasmada, que sabía que los colores de sus prendas crearían un contraste maravilloso con su piel blanca. Los adornos del cabello no solo se usaron para mostrar el buen gusto y la riqueza de Dalila en la segunda etapa de su vida, sino para que los espectadores deslizaran los ojos hacia su cabello oscuro.
Sansón y Dalila fue un éxito rotundo que dio a Hedy Lamarr numerosos contratos publicitarios, una carrera relanzada, seguridad financiera y la «admiración y adoración» de todas las personas que habían participado en la película.
Centrada en sus nuevos compromisos comerciales y Lux y Max Factor, la marca de maquillaje que usaron en Sansón y Dalila, la estrella no quiso participar en la gira de promoción de la película. Se marchó de vacaciones a los Hamptons, donde tomó clases de pintura y gastó una fortuna en cuadros de arte naif. «Porque siempre me hago un buen regalo después de haber trabajado duro«, dijo cuando le preguntaron. Diva.
pero COMO he echado de menos este blog!!! EL MEJOR!!!
La actriz mas guapa del antiguo Hollywood…. maravilloso vestido
Saludos
???????
Me ha encantado el post! Y qué vestido ???
Genial post! Y qué guapa Angela Lansbury, no había visto fotos suyas de joven.
Welcome back Daiquiri!!! La verdad es que no me imaginaba el verano sin tu blog !!es genial tenerte de vuelta!!
Donde se puede ver la película?
Que bién que estes de vuelta, se te echaba de menos.
Gracias! Daikiry, echábamos de menos tus posts. Además de hermosa, Lamarr fue la primer mujer en aparecer desnuda en una película comercial y fue precursora del Wifi.
Al fin de vuelta!!!! GRACIAS ???
Te extrañabamos mucho!! Gracias por volver?
Has vuelto!!! Por fin! Me encantan estos post
Hola, extrañé estas lecturas, un agrado leerte, cómo siempre.
¡Gracias!
Que alegria me ha dado al entrar por curiosidad y ver que has vuelto de nuevo! Gracias Daiquiri!