La esponja Konjac lleva ya años apareciendo en muchos blogs y rutinas de belleza de Instagram, pero me había resistido a caer por varias razones.
La principal, es que las esponjas me parecen un poco antihigiénicas. Me molesta ver cómo tardan siglos en secarse. Siempre están húmedas en el baño. Por eso, aunque una buena esponja de baño era algo que de vez en cuando me apetecía tener, terminaba desechando la idea. ¿Para qué?
Ahora que me he vuelto una obsesionada de la limpieza facial, creo que ya ha llegado el momento de tener en mi cuarto de baño la esponja coreana de la que todo el mundo habla tan bien. Tengo un dispositivo electrónico, bálsamos limpiadores a base de aceites, un gel de farmacia para las emergencias… pero me faltaba alguna cosilla más. Algo que fuese económico, fácil de usar, que tuviera buena fama en internet. La esponja Konjac, exacto.
Es una esponja coreana que se fabrica a partir de la patata porosa de una planta asiática capaz de absorber 100 veces su volumen en agua.
Aunque la esponja Konjac lleva más de 100 años utilizándose en el continente asiático, llegó a nuestras fronteras hace cinco o seis años. Como suele ocurrir, su uso se ha ido extendiendo tanto que varias firmas ya han sacado su propia versión de la esponja Konjac. Yo soy bastante tradicional con este tipo de productos, y prefiero comprar el original, o el producto más puro que sea posible.
Mi primera compra ha sido muy clásica: he elegido la versión más básica de la esponja Konjac, que cuesta unos 10 euros. La escogida ha sido la esponja de arcilla francesa rosa, especial para pieles fatigadas y cansadas.
Hay que reconocer que la esponja Konjac es una monada, y viene con un hilo especial para poder colgarla en el baño. Es muy buena idea, porque siempre he pensado que si tienes que dejar la esponja húmeda sobre una repisa, ¿cómo se va a secar por debajo?
Al mojarla, la esponja Konjac se arruga, contrae y ablanda. Su uso es muy sencillo, solo hay que humedecer el rostro y empezar a pasar la esponja por la piel, en movimientos circulares, o como queráis: no hay una pauta especial. Es un producto extremadamente agradable de usar: la sensación sobre la piel es muy placentera, al tratarse de una esponja suave y respetuosa con el cutis. La gracia está en humedecerla con agua caliente. Su uso en seco no tiene ningún sentido, al tratarse de una esponja que en esas condiciones está muy dura.
La esponja Konjac está hecha en un 100% a base de fibra. Contiene minerales y antioxidantes para cuidar la piel. Yo lo uso en la ducha, me parece más cómodo así, pero hay muchas chicas que prefieren sumergir la esponja en un barreño pequeño de agua caliente para que se vaya ablandando, y mientras eso pasa van haciendo otras cosas, aplicando tónico, etc.
No me parece una mala idea, y estoy pensando en probarlo. Eso sí, echando algo especial al agua caliente, como aceite de árbol de té o eucalipto.
¿Qué puedo decir? Me parece un producto maravilloso. Llevo una semana usándolo y me gusta mucho. He leído que gracias a sus propiedades anti-bacterianas es un aliado perfecto para prevenir el acné, así que tenedlo en cuenta si sufrís ese problema. Solo puedo recomendar que tengáis esta esponja en casa y la uséis varias veces por semana. Es un producto relativamente económico y fácil de usar. No es necesario utilizar limpiadores faciales, es verdad. Yo la estoy usando sin nada más y noto la piel limpia y suave de todas maneras. Así que es cierto, funciona y cumple con lo que promete.
Al ser una esponja algo rugosa y utilizarse mediante un masaje, estimula la circulación sí o sí y eso se traduce en un efecto buena cara instantáneo. Es muy buena idea aprovechar la limpieza facial para hacer un masaje suave, y con esta esponja, es pan comido.
También tiene una función ligeramente exfoliante, pero sin romper la barrera protectora de la piel. Puede usarse a diario, cuantas veces queráis.
Estoy muy contenta de haber encontrado un nuevo tesoro para mi obsesión por la limpieza. Creo que ya es suficiente, porque me estoy dando cuenta de que tengo más productos limpiadores que hidratantes, pero como he aprendido que la limpieza es primordial, no puedo encontrarle remedio.
Me parece que ya no me queda nada nuevo por descubrir, pero si encuentro algo más, os informaré enseguida. Sin duda, os recomiendo esta esponja. Os va a encantar.