El Famoso Cheat Meal o Comida Trampa

El Famoso Cheat Meal o Comida Trampa

¿Qué es el cheat meal o traducido al castellano, la comida trampa?

Cuando empezamos una dieta, sobre todo si la combinamos con el deporte, es necesario darle un respiro y un premio al cuerpo. Para seguir adelante con más entusiasmo y para evitar que el metabolismo se quede dormido. Esa filosofía ha dado lugar al famoso cheat meal, un término popular para cualquiera que siga cuentas de fitness en redes sociales. El verbo cheat traducido al castellano sería traicionar, ser infiel.

Pero cuidado. Hay que hacerlo correctamente, al igual que el resto de la dieta. El cheat meal es tan importante como las demás pautas alimenticias, tiene unas normas y unos “debemos/no debemos”. Dependiendo de lo que queramos conseguir, podemos permitirnos un cheat meal más calórico o menos.

La gente suele cometer un par de errores a la hora de llevar la comida trampa a cabo.

 

 

El primer error es creer que el cheat meal puede hacerse durante un fin de semana entero. Hacer dieta lunes a viernes y comer mal de viernes a domingo NO es un cheat meal. Eso es un 30% de la dieta semanal. Una cantidad muy elevada si realmente queremos tomarnos esto en serio. Haciendo dos días de comida trampa tendremos muchas papeletas de no avanzar. E incluso de lograr un importante retroceso.

Es muy probable que después de dos días seguidos de cheat meal luego nos subamos a la báscula y veamos que pesamos lo mismo que cuando empezamos la dieta. Habremos completado la semana con un balance calórico de cero. Es una cuestión de números. Puede que no engordemos mucho si el resto de la semana nos hemos cuidado, pero tampoco vamos a adelgazar.

El cheat meal ideal se hace en una comida, un día a la semana. El resto de la jornada hay que seguir con la dieta que nos hemos impuesto. De adelgazamiento, mantenimiento, definición, o lo que sea. Si elegimos el viernes o el sábado para el cheat meal, al día siguiente nos costará un poco volver a la rutina saludable, porque seguirá siendo fin de semana y nuestra mente no asimilará que la fiesta se ha terminado. Recordad lo difícil que es hacer dieta un domingo.

 

 

Tampoco debemos ver el cheat meal como una oportunidad de atiborrarnos de manera compulsiva. No es buena idea aprovechar para comer una pizza gigante, con una botella de litro de Coca-Cola, una bolsa de patatas y una tableta de chocolate como postre. Eso no es una comida digna de un cheat meal. Es un menú típico de alguien que sufre ansiedad por hacer régimen. Y creedme, se ven muchas comidas trampas de ese estilo.

El círculo matarse de hambre/comer en exceso no tiene nada que ver con querernos. Además, los atracones excesivos harán que nos sintamos culpables. Cualquier tipo de alimentación que siga una pauta de compulsividad tiene unas consecuencias en nuestra mente. A lo mejor sentimos que nos hemos pasado y que todo lo que hemos hecho durante el resto de la semana no ha servido de nada. Si sospechamos que la comida trampa va a ser de órdago y va a hacer que nos sintamos mal, entonces es mejor no hacerla esa semana.

 

 

Otro consejo es comer ligero durante el día, con piezas de fruta y verdura. También recomiendo beber agua de coco en abundancia para mantener la hidratación. Media hora antes de empezar, tomad una cucharada de aceite de oliva virgen, y si tenéis o sospecháis que tenéis problemas digestivos o de tolerancias, recomiendo que compréis un buen suplemento de enzimas, como Digest Gold de Enzymedica. Creedme, con estas enzimas podéis comer cualquier cosa sin tener que preocuparos por malas digestiones, inflamación abdominal, y demás molestias.

El día después, no es necesario que nos machaquemos como locas en el gimnasio. Es mejor ir a una actividad divertida para no asociar la vuelta al deporte como una penitencia.