El maquillaje de Showgirls es genial, da igual lo que digan de la película.
Todo el mundo considera Showgirls una de las películas más terribles de la historia del cine. Al mismo tiempo, a lo largo de los veinte años que han pasado desde su estreno, Showgirls ha recaudado más de 120 millones de dólares en ventas y alquiler de DVD. ¿Fracaso o película de culto? Como cada vez dicen más expertos en cine, Showgirls es tan sumamente mala que, en el fondo, es buena.
Showgirls fue una producción con grandes expectativas que fracasó por culpa de un pésimo guión y unas actuaciones espeluznantes. Todos los implicados consiguieron recuperarse del desastre; todos, menos la protagonista, Elizabeth Berkley, que como mujer joven e inexperta, fue la encargada de pagar los platos rotos. La película que iba a ser su pasaporte hacia el estrellato hundió su carrera para siempre. Jamás fue capaz de retomarla. ¿Qué fue lo que sucedió?

El director de Showgirls iba a ser Paul Verhoeven, el mismo que había rodado la exitosa Instinto Básico. La película había convertido a Sharon Stone en una estrella, así que toda la industria de Hollywood estaba convencida de que con la actriz protagonista de Showgirls iba a suceder exactamente lo mismo. Decenas de actrices estaban dispuestas a hacer lo que sea a cambio de obtener el papel, incluso rodar desnudos integrales y actos sexuales explícitos. Pero en fin, Sharon Stone había hecho lo mismo en aquel famoso cruce de piernas, así que ¿a quién le importaba?
Drew Barrymore fue una de las actrices en participar en la batalla por el papel principal de Showgirls hasta que se dio cuenta, después de leer el guión, de que había demasiadas escenas de sexo que no estaban justificadas. Después de varias audiciones, el casting final se centró en dos actrices: Elizabeth Berkley y la mismísima Charlize Theron, que fue descartada por ser entonces una completa desconocida para el público. «Charlize no tenía problemas con la desnudez y su audición fue genial, pero le dijimos que no», explicó el director años más tarde.
Aunque ahora resulta imposible imaginar a Charlize Theron lamiendo una barra de striptease o llevándose un dedo a la entrepierna, es algo que estuvo a punto de suceder. Pero el destino quiso que fuera Elizabeth Berkley la afortunada.

Elizabeth fue seleccionada por varias razones: era rubia, joven y guapa, tenía experiencia como bailarina y venía de protagonizar la serie Salvados por la Campana. Quizá pensando que Showgirls iba a llevarla a lo más alto, no tuvo problema en aceptar un salario de cien mil dólares, una miseria en Hollywood.
Cuando se anunció que era la actriz elegida, los mejores agentes de Los Angeles se postraron a sus pies para representarla. Los mismos que iban a dejar de responder a sus llamadas un año después.

Showgirls cuenta la historia de Nomi Malone, una bailarina de veintitrés años que llega a Las Vegas para triunfar. Al principio no le queda más remedio que trabajar como stripper en un tugurio de mala muerte hasta que alguien le da un puesto en Goddess, el flamante espectáculo de un hotel de cinco estrellas. El objetivo de Nomi es robarle el papel protagonista a la estrella del show, la veterana Crystal Connors. Y para conseguirlo está dispuesta a hacer cualquier cosa. Cualquier cosa.
Una de las intenciones de Showgirls era denunciar el trato que se le da a la mujer en el mundo del espectáculo, pero no se dieron cuenta de que con la película hicieron justo todo lo que querían criticar, mostrando desnudos femeninos denigrantes y fuera de lugar. Con Showgirls también podemos comprobar a qué se refieren los actores cuando hablan de escenas de sexo gratuitas: no era necesario ver a Elizabeth Berkley frotarse contra la entrepierna de un hombre, completamente desnuda, durante cinco minutos.

La película estaba ambientada en Las Vegas y se rodó en 1995, por lo que podemos ver una gran cantidad de exageraciones mezcladas con el clásico maquillaje noventero: base de cobertura gruesa, mucho negro en los ojos, cejas muy depiladas, rímel de color azul, abundancia de pestañas postizas y labios perfilados por fuera con lápiz marrón.
La única oportunidad de ver algo estético la tenemos en los espectáculos del hotel de cinco estrellas. Hay abundancia de creatividad y sentido de lo estético en el maquillaje corporal y el uso de cristales de colores para decorar las pieles y los cabellos de las bailarinas. La manera de vestir y arreglarse de Nomi también empieza a cambiar a medida que asciende profesionalmente, aunque su estilo nunca deja de ser provocativo y vulgar.


Al igual que las naranjas en El Padrino, en Showgirls utilizaban un elemento visual para darnos pistas de lo que iba a pasar: las uñas de la protagonista. La manicura de Nomi es mencionada y mostrada a propósito a lo largo de toda la película. Cada vez que tiene que hacer una maldad importante, Nomi cambia el color y el diseño de sus uñas, al igual que un guerrero zulú se pinta la cara antes de una batalla trascendental.
Las uñas son la excusa para una mejores frases de la película, cuando Nomi se ofrece a pintar las uñas de Crystal Connors para hacer las paces con ella y esta le responde «No, gracias. Creo que soy un poco mayor para ir de p…». Aunque parezca increíble, el guionista de Showgirls cobró tres millones de dólares por su trabajo.

Es extraño que una mujer tan hermosa como Elizabeth Berkley salga siempre tan poco favorecida en la película. Es como si nada le quedara del todo bien: solo está guapa en las escenas en las que sale recién levantada y con la cara lavada. Eso dice mucho del maquillaje de Showgirls. Las pestañas postizas, los labiales y el eye-liner grueso le sentaban como un tiro.
El único acierto de su estilismo fue la elección del tono de rubio que iba a lucir, un dorado claro precioso. Se notaba la diferencia cada vez que Nomi tenía que ponerse una peluca negra o pelirroja, ya que el cambio de color hacía que su piel pareciera algo apagada, además de ponerle años de encima.
Otro error fue el exceso de labial rosa, que suele hacer que los dientes parezcan más amarillos y opacos. Ni siquiera una actriz de Hollywood con una dentadura impecable se libró de ese efecto óptico.

Todo el reparto de Showgirls estaba extremadamente motivado y nadie se dio cuenta de que lo que estaban rodando era una basura hasta que no vieron el resultado final. Kyle MacLachlan, el protagonista masculino, siempre pensó que Showgirls era una buena película hasta el mismo día del estreno: «La primera escena me pareció realmente mala, pero pensé que mejoraría. Fue a peor. Pensé que era realmente horrible, y decidí distanciarme de la película en ese mismo momento. Dicen que me marché del estreno pero no es cierto: me quedé sentado, sufriendo durante dos horas».
La única persona que supo desde el principio que la película iba a ser un desastre fue, casualmente, la única actriz que salió bien parada de todo aquello: Gina Gershon, la antagonista. Para conseguir el papel, acudió a las audiciones con mucho maquillaje y mintió sobre su edad. Dio resultado; en realidad, solo había ocho años de diferencia entre Elizabeth Berkley y Gina, pero parecía que había más de quince. Para lograr la tensión necesaria entre los dos personajes, Paul Verhoeven aprovechaba las pausas del rodaje para ir a hablar mal de una con la otra, y viceversa, lo que aumentó las malas vibraciones entre las actrices.

Mientras el resto del equipo se comportaba como si estuviera rodando Braveheart, Gina Gherson mantenía siempre una chispa de ironía en la mirada, como si se estuviera aguantando la risa. «Yo venía de estudiar teatro y de interpretar clásicos de la Antigua Grecia. Y me vi allí, en algo que parecía un concierto de Britney Spears. La única manera de salir airosa de esa situación era tomármelo con humor».
Elizabeth Berkley no tenía tanta experiencia. Cometió el error de hacer todo lo que Paul Verhoeven le pidió, en lugar de añadir detalles de su cosecha como hacen los buenos actores. Uno de los grandes errores fue la agresividad de Nomi, una idea del director, que pidió a Elizabeth Berkley que lo hiciera todo con mucha rabia, desde cerrar una puerta, colgar el teléfono, ponerse pintalabios o hacer el amor.
¿De quién fue la culpa del fracaso de Showgirls? El director admitió que se debió a la abundancia de sexo y a la ausencia de una trama interesante que hubiera mantenido la intriga, como un asesinato. Pero como suele pasar, Hollywood se cebó con la persona más débil: Elizabeth Berkley. Nada más estrenarse la película, la actriz fue inmediatamente despedida por su manager, y todos los que antes habrían dado lo que fuera por representarla pusieron pies en polvorosa. Un buen papel en otra película habría enderezado su carrera, pero como nunca le llegaron más ofertas, su carrera terminó.

Elizabeth Berkley siempre ha demostrado su entereza y elegancia y nunca ha renegado de la película que hundió su futuro como actriz. Incluso acudió a la fiesta del 20 aniversario de Showgirls y agradeció el apoyo de los miles de fans que la consideran una película de culto. «Para mí, rodar Showgirls fue un sueño hecho realidad. Por esa razón, cuando la película se estrenó fue más doloroso de lo que nadie puede imaginar. En 1995, correr un riesgo no era como ahora. Se reían de ti y te humillaban públicamente. Ser una chica joven en medio de algo así fue muy difícil».
Elizabeth ha demostrado tener mucho sentido del humor, porque suele colgar capturas de Showgirls en un su cuenta de Instagram.