Rituales de Belleza Nocturnos

Me encantan los rituales de belleza nocturnos.

Lo que hagamos antes de meternos en la cama tiene mucho que ver con el aspecto que tendremos al levantarnos. A mí, por ejemplo, siempre me ha gustado más cuidarme por la noche que por la mañana. Recién levantada no tengo tiempo ni ganas de dedicarle un rato a la piel. Solo me apetece ducharme y hidratar de forma fácil y rápida… y confieso que a veces ni siquiera eso.

La noche es para mí el momento de auténtico relax. Es cuando me gusta recrearme con los tratamientos faciales, darme un pequeño masaje, encender mis velas de Diptyque… Rituales de belleza de chicas, supongo.

Quizá tiene algo que ver con los cosméticos que uso. Son untuosos y especiales. No son compatibles con el agobio y las prisas de la mañana.

Llevar a cabo este tipo de rituales por la noche es el mejor momento para cuidarse y darse un poco de mimos, quizá con un poco de música relajaste de fondo. Os cuento lo que suelo hacer.

El proceso de desmaquillar empieza en cuanto pongo un pie en casa y ya sé que no voy a salir más. Ya sean las seis de la tarde o las diez de la noche. No me gusta estar maquillada en casa. No suelo pintarme mucho entre semana, siempre llevo algo: corrector, perfilador… Todo eso tiene que ir fuera en cuanto vuelvo a casa.

Os recomiendo es utilizar un agua micelar suave, es la mejor manera de quitar el maquillaje y dejar la piel limpia y fresca. 

Una ducha caliente es indispensable antes de nuestros rituales de belleza. He leído que el agua fría es mejor para la piel, pero he podido comprobar que no me va bien. El agua caliente relaja, prepara la piel y abre los poros, algo imprescindible para aplicar cualquier producto de tratamiento después.

El tipo de gel de ducha que utilizo depende de la época y del momento del día. En invierno, me gustan los geles de ducha con aromas florales, como los de Jabonera Marianella. Por la noche suelo usar un gel sencillo y antiséptico. Me encanta el Germisdin de Isdin. Respeta el manto de la piel y huele a limpio.

Me gusta dejar la piel en paz y no echar ningún aceite o crema. A veces, me gusta utilizar algún producto con efecto frío en el vientre y los muslos, para la celulitis. Creo que la noche es el mejor momento para usarlos, ya que su textura no los hace muy compatibles con la ropa. Pero la noche, vestidas con un pijama de algodón ligero o un camisón, es el momento perfecto para hacer un pequeño masaje reafirmante con un buen producto de tratamiento.

La noche también es el momento perfecto para una limpieza profunda del rostro. Todos los métodos que me gustan tienen algo en común, y es que usarlos requiere su tiempo: el dispositivo Foreo, los bálsamos limpiadores con aceites… No se trata de productos que se usen rápido y en dos minutos.

Los aceites faciales también son ideales para aplicar antes de ir a dormir. Podemos dejar tiempo para que actúen y sean absorbidos, cosa que no podemos hacer durante el día. Por muy buenos que sean, los aceites no dejan de ser aceites. Mi adorado aceite de jojoba es ligero; puedo usarlo antes de salir de casa, pero por ejemplo, otros aceites que me gustan son demasiado densos como para aplicarnos durante el día. A no ser que quiera parecer una bombilla, claro.

También es muy válido dejar la piel en paz de vez en cuando. Si os da pereza y no tenéis ganas de usar ninguna crema o aceite, una opción maravillosa son los tónicos o aguas faciales. Nunca me ha gustado el típico sistema tres pasos limpiadora + tónico + hidratante, pero sí reconozco que usar un buen tónico de vez en cuando es una buena idea. Es un producto que sirve para refrescar, cerrar los poros, revitalizar la piel, aumentar el riego sanguíneo y restablecer el pH.

Tengo varias brumas faciales, y me encanta usarlos por la noche, como la de La Mer o la famosa Agua de la Reina de Hungría.

Mi último descubrimiento para mis rituales de belleza nocturnos son los parches tensores Frownies. Increíbles. Los estoy usando a diario y cada día me gustan más. Imprescindibles si os empiezan a preocupar las arrugas y queréis mantener la piel joven y tersa.

En cuanto al cabello, un truco genial para levantarse con la melena suave y ondulada, es hacer un moño bajo. Ni muy flojo ni demasiado apretado. Si tenéis el pelo seco, echad unas gotitas de un buen aceite capilar, pero solo en las puntas, para nutrir un poco sin engrasar la cabeza.

Esos días malos en los que amanecemos con el pelo horrible dependen mucho de lo que hayamos hecho la noche anterior, así que sed estrictas con este punto: no os metáis en la cama con el pelo de cualquier manera. Son pequeños gestos que os ayudarán a despertaros con un pelazo.

No olvidéis que para que los rituales de belleza nocturnos funcionen, la dieta tiene que acompañar. La cafeína y los dulces deberían estar desterrados de la dieta después de las cinco de la tarde. Mucha gente tiene problemas para relajarse si ha comido chocolate o algo azucarado antes de irse a dormir.

Es muy importante que nos metamos en la cama tranquilas y con intención de descansar. Dar vueltas por la cama no nos va a traer nada bueno. No solo porque siempre terminamos preocupándonos de auténticas bobadas, sino porque dormir poco o dormir mal es el motivo principal de las ojeras, los párpados cansados e hinchados y el mal aspecto en general de los ojos.

Y por cierto, después de vuestros rituales de belleza, para un sueño reparador y profundo de forma natural, la melatonina es vuestra amiga.

Espero que os hayan gustado estos pequeños rituales de belleza nocturnos.