Sí, me obsesiona la manicura Shellac. Me parece el invento del siglo, ¿cómo puede ser que la haya descubierto ahora?
Siempre he hablado de la importancia de llevar las uñas bonitas y cuidadas porque me parece un detalle imprescindible de la apariencia de una mujer. Las condiciones en las que estén dirán tanto de nuestra belleza e higiene como el cabello, la piel y los dientes. Aún así, tengo que reconocer que cuidar las uñas es mucho trabajo. A veces, me cuesta cambiar el esmalte, esperar a que se seque…
Hacerme la manicura en un centro de estética siempre me ha parecido tirar el dinero. Para las que estamos siempre haciendo cosas y moviendo las manos, de hecho lo es. Estás contenta unas horas y luego te das cuenta de que es una pérdida de tiempo; en nada, ya vuelves a estar igual que antes. No soporto ir a arreglarme las uñas y ver que al día siguiente el esmalte ya está feo, o peor aún, ver que el mismo día ya ha saltado por una esquina.
Hacía tiempo que había oído hablar de la manicura Shellac. Es un esmaltado permanente que dura más de dos semanas, pero como no entendía cómo podía ser que un esmalte durase reluciente e intacto tanto tiempo, no me molesté en investigar más.
Hasta que la noche de San Juan tuve una cena y una de las invitadas llevaba las uñas más bonitas y brillantes que había visto en toda mi vida. Unas uñas de diosa elegantes y finas, pintadas de un tono rosa exquisito. Cuando me dijo que lo que llevaba era la manicura Shellac y que solo iba a hacérsela a un sitio de Barcelona en concreto, le pregunté que dónde para ir al siguiente día laborable. Y allá he ido, a por mis uñas de modelo. Quería el pack completo, manos y pies. No hace falta que diga que en verano, los pies tienen que estar impecables, ¿verdad? En invierno tenemos un pase porque nadie nos los va a ver, pero en verano no tenemos perdón si vamos con los pies sin arreglar.
Pero, ¿qué es la manicura Shellac exactamente?
Shellac es un sistema patentado por la firma CND que se aplica como un esmalte normal y corriente, pero que dura tanto como una manicura de gel. Para que el proceso sea correcto, tienen que utilizarse los productos de esa marca: una capa de base, el esmalte del color elegido, la capa superior y el aceite nutritivo para las cutículas. Aquí no hay sucedáneos, clones o imitaciones que valgan.
El resultado es el sueño de cualquier mujer: unas uñas brillantes, con un color impecable que ni salta, ni se estropea, ni se descascarilla -ni nada-durante más de quince días ¿Dónde está la trampa? No hay ninguna. Los productos están hechos con una combinación de monómeros, polímeros y solventes, una especie de súper mezcla de los activos típicos de los esmaltes con los de las uñas de gel. La perfección.
Encima, tenemos un montón de colores para elegir.
La manicura Shellac es igual que una manicura normal: primero la capa de base, luego dos capas de esmalte, y luego la capa final de brillo. Antes de empezar, humedecen las uñas con agua, y entre aplicación y aplicación, te hacen poner las uñas bajo la lámpara para secarlas. El toque final es un poco de aceite especial nutritivo para las uñas, porque el esmalte Shellac las reseca un poco.
El esmalte permanece intacto, brillante y perfecto hasta que se retira. Puedo decir que durante los días siguientes a la manicura he hecho prácticamente de todo. Solo me ha faltado escalar una montaña. Y nada, ni un trocito se ha estropeado. El esmalte está tan impecable como el primer día.
Puedo deciros que esta manicura es uno de los mejores inventos en el mundo de la estética que he probado. Por supuesto, ya nunca voy a dejarla.
Si encontráis un buen sitio, no busquéis más porque no es tan fácil encontrar buenos centros de uñas donde hagan una manicura Shellac perfecta. He comprobando, viendo las de algunas de mis amigas, que tal y como me había dicho la chica de las uñas maravillosas de la fiesta, es difícil encontrar locales que las hagan bien.
El precio por la manicura y pedicura ha sido de 58 euros. Unos euros muy bien amortizados, ya que la tranquilidad y sensación de bienestar que da el llevar las uñas perfectas durante dos semanas -o más- no tiene precio.
Os recomiendo que la probéis. Va a marcar un antes y un después si buscáis llevar siempre unas manos ideales.