¿Qué productos de belleza utilizaban en el Imperio Romano? Muchos más de los que podemos imaginar.
La romana es, junto con la egipcia, la cultura más presumida de toda la humanidad. Las mujeres estaban sometidas a mucha presión para mantenerse jóvenes y hermosas. El estándar de belleza era alto: los hombres exigían amantes y esposas bien cuidadas, de piel clara y mejillas sonrosadas. Descuidar la imagen no era una opción.
Luciano escribió que las mujeres recién levantadas parecían monos y que no debían dejarse ver en público sin antes tapar «sus desastrosas teces». Encantador.
Los cosméticos eran una necesidad absoluta. Ya en esa época existía la base de maquillaje. Las mujeres también improvisaban un irresistible rojo de labios a partir de los deshechos de la fermentación del vino.
Todas las mujeres del Imperio Romano, sin importar su condición, tenían en su tocador una espátula, un peine y una caja con dos o tres artículos de belleza.
Los romanos sentían una pasión desmesurada por los perfumes. La palabra viene del latín per fumum. Empezaron con ellos para camuflar ciertos olores corporales desagradables. Es lo que decía Dioscórides, el médico del emperador Nerón. Le aconsejaba rociarse con perfume de nardo de la cabeza a los pies para eliminar el olor a sudor.
Cada persona rica tenía su propio perfume, sin excepciones. Se obtenía macerando flores, plantas, semillas y hierbas en aceite de oliva. Como aún no existía la destilación del alcohol, los perfumes eran ungüentos de textura grasa.
La importación de ingredientes de otros países hizo que en el aire de las calles de Roma flotara una mezcla de aromas tan exótica que terminó siendo oprimente. Cicerón llegó a decir que el mejor perfume era no llevar perfume alguno.
A medida que la opulencia del imperio aumentaba, lo hacía el uso del perfume. Cuanto más extravagante, peculiar y distinto fuera, mejor. El poeta Marcial le dijo a un amigo suyo que se empapaba de esencia de canela y cinamomo «te ríes de mí por no oler a nada. Yo te digo que prefiero no oler a nada a oler a botes de plomo».
Los perfumes eran tan importantes que había una calle dedicada exclusivamente a su comercio. Los perfumistas se hacían famosos y podían pedir lo que quisieran por sus tesoros. Pero el negocio tenía su lado oscuro, como todos los que eran muy rentables. No era nada raro que los perfumistas utilizaran sus comercios para vender productos ilegales. También ofrecían prostitutas y esclavas en la trastienda como extra adicional.
Los fabricantes de perfumes llegaban a tener tantos conocimientos que aprendieron a crear remedios para provocar abortos y pociones hechas de puro veneno para hacer todo tipo de maldades. Las romanas los compraban para asesinar a sus maridos o a sus enemigas.
Los comerciantes menos honestos estafaban a sus clientes vendiendo perfumes hechos con aceites baratos como el de sésamo. Sus clientes se daban cuenta cuando los perfumes se ponían rancios en tres días.
Las mujeres sabían que un buen perfume era tan seductor como los pechos o el pelo. Preferían una fragancia como regalo en lugar de otras cosas de valor. Algunas prostitutas pedían que les pagaran con un unguentarium en lugar de con dinero. Y como ocurre hoy en día, cada año se ponía de moda un tipo de fragancia. Algunas de las que arrasaron en el Imperio Romano fueron Sucinum, un perfume de aceite de palma, mirra, azafrán y mil; y Foliatum, hecho de nardo, mirra y moringa.
Cuando el Cristianismo empezó a expanderse por el imperio, el perfume no tardó en verse como una muestra de petulancia innecesaria.
En el Imperio Romano, una mujer maquillada se consideraba sofisticada y con amor propio. Una mujer poco arreglada transmitía el mensaje de ser descuidada y sucia.
Ser hermosa en la época requería un gran mantenimiento, entre maquillaje, pelucas, vestidos y joyas. Las romanas pobres hacían lo que podían. Encontraban sustitutos baratos de grandes cosméticos usando miel, vinagre o incienso.
Las mujeres de los emperadores eran expertas en perfeccionar el juego de la belleza. Todas tenían sirvientas dedicadas exclusivamente a esa tarea. Las esclavas encargadas de poner guapas a sus señoras recibían el nombre de cosmetae. También había una especialista en ocuparse del cabello, pero no era una esclava, sino más bien una arista. Esas mujeres estaban muy cotizadas y se conocían como ornatrix.
La jefa de la belleza de Roma fue Popea Sabina, la esposa del emperador Nerón. Gracias a sus encantos, Popea Sabina consiguió que el emperador asesinara a su primer mujer Octavia y a su propia madre. Cuando se convirtió en emperatriz, se dio cuenta de que tenía que seguir cuidando su físico para mantener el deseo de su esposo al rojo vivo. De ello dependía su futuro.
Por eso, Popea Sabina hizo famosos sus propios rituales de belleza. Su obsesión eran los baños de leche de burra con lavanda. Tanto, que cada vez que viajaba, quinientas burras eran trasladadas con todos los enseres de la reina. También era conocido su protector solar de grasa de cisne.
A pesar de su obsesión por la belleza y de sus ansias de poder, Popea Sabina no era nada arrogante. Incluso sus enemigos decían que era una mujer encantadora y modesta con la que era un placer conversar. Después de una borrachera, Nerón le dio una patada en el vientre. Popea Sabina estaba embarazada, y la agresión hizo que abortara y muriera muy poco después.
Muy arrepentido, Nerón ordenó que embalsamaran el cuerpo de su mujer con sus esencias perfumadas favoritas. El cortejo fúnebre que organizó fue considerado excesivo incluso tratándose de un homenaje a una emperatriz de Roma. El emperador nunca superó la pérdida y siempre buscó mujeres que se parecieran a ella.
La villa Popea en la que la esposa de Nerón vivió durante un tiempo fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Entre otras maravillas, tenía su propia instalación de aguas termales.
¿Cuál era el color de pelo favorito de las mujeres del Imperio Romano? Al principio, el cabello rubio se asociaba con la pobreza. Eso era porque muchas esclavas eran traídas de Escandinavia. Pero las señoras ricas se quedaban fascinadas con el platino del pelo de sus criadas. Les quitaban mechones para hacerse pelucas, y en pocos años, el rubio se puso de moda. Con los años, el color volvió a decaer.
Las prostitutas estaban obligadas a teñirse el cabello de amarillo para distinguirse de las mujeres decentes. Messalina, la emperatriz adicta a los vicios, utilizaba una peluca rubia para practicar sexo en las calles sin ser reconocida. Sus orgías eran tan salvajes que siempre acababa perdiendo la peluca entre meneo y meneo y regresaba a casa con su cabello al natural. Al final, como es normal, toda Roma terminó enterándose de lo que hacía su reina a escondidas.
Las autoridades decidieron eliminar la ley prostituta-pelo rubio, pero la asociación de ese color con la miseria y la vergüenza persistió durante décadas.
Cuando Roma era solo una ciudad en expansión, las mujeres se conformaban solo con hacerse unas trenzas. Todo cambió con la ascensión de Augusto. El emperador quería que su pueblo estuviera a la altura del esplendor del imperio. La melena iba a ser otra manera de mostrar estatus, y llegaron los estilismos raros y los adornos.
La humedad de era un problema para mantener el peinado de las mujeres. Como rizador, usaban una barra de bronce que se calentaba sobre brasas. Para evitar que se quemara el pelo, las mujeres se untaban los rizos con aceite de oliva.
Esa era fue una gran exaltación de la belleza. Es un contraste increíble con la que empezó justo después de su caída, la Edad Media, una sucesión de siglos de suciedad y atraso. La Iglesia acabó con todo lo que los romanos habían conseguido y la gente pasó a ser maloliente, deprimente y ridículamente modesta.
Qué diferencia con esos años de perfumes maravillosos, desodorantes naturales, aceites de flores y peinados espectaculares. ¡Wow!
Muy curioso todo lo que nos has contado! No es una época que me haya llamado la atención como otras así que no tenía ni idea de que las mujeres se preocuparan tanto por su aspecto (creía que en las películas exageraban jaja).
Gracias por documentarlo todo tan bien!
Gracias! Yo tampoco sabía que era todo tan exagerado, ni lo de los perfumes, he flipado cuando he empezado a buscar información.
Protector solar de aceite de cisne?? seguro que eso llamaba mucho más al sol!!!
A colación de esto, puedes recomendarme una crema de protección solar no comedogénica que sea de calidad??
Gracias
Uso el spray para deportistas de Isdin, con factor 50.
Utilizo la crema de protección solar 50 de avène, la que tiene color. Es no comedogenica y, para mi gusto, se absorbe mucho más rápido que la emulsión sin color. C.
Hola daiquiri! Me hace mucha gracia porque tenemos intereses literarios muy parecidos, asi que he pensado en un par de libros que te pueden gustar si no te los has leido ya;
-Las amantes de los reyes de francia de Helga Thoma
-Las Zarinas poderosas y depravadas de Henry Troyat.
Igualmente estare encantada a que me des alguna sugerencia.
Por ultimo quería preguntarte donde compras los perfumes nicho en Barcelona??
Muchas gracias!
En perfumerías Regia los tienes todos.
Me encantan estos post tan bien documentados y tan interesantes. Nos acercas la historia de una manera didáctica y agradable.
Alucino con los potingues que se ponían….solo con pensar el olor que haría la bilis,la orina o la lana de oveja…?
Y con los perfumes….siempre he sido amante de los buenos perfumes desde jovencita y me apasiona la historia y evolución de estos,aunque los primeros que se conocen no sé muy bien si me gustarían ?
Muchas gracias daiquiri! ?
Maravilloso!, es totalmente ligado a nuestra experiencia humana la necesidad y por sobre todo el «deseo» por la belleza, me fascinan la investigación sobre usos y costumbres.
«Historia de la vida privada imperio Romano y antiguedad tardia» , fué un texto que me maravilló, por entre otras cosas hablar de lo que aquí expones, -además de las libertades personales que murieron con el dominio del Catolicismo-.
Como siempre gracias por este viaje.
Que gran post! Me ha supuesto un relax leerlo…nada mejor q acabar un dia de estres laboral asi!
A mi me encantaria que recomendaras libros de este estilo y en especial, alguno sobre Sisi Emperatriz por la cual siento una fascinacion especial.