Vengo a compartir parte del contenido del reportaje sobre Naomi Campbell que acaba de salir en Harper’s Bazaar. Simplemente espectacular.
La verdad es que aún tenía en mente a la Naomi Campbell de los años 90, la que bebía y fumaba y se iba a dormir a las cinco de la madrugada. Pero parece que la diva ha cambiado: ahora empieza el día con un vaso de agua con limón y probióticos. También es fanática de los suplementos de belleza e incluso prepara zumos verdes de frutas y verduras para tomar entre horas. Nunca lo hubiera imaginado.
El cambio se debe a su último novio ruso, que era muy maniático con la salud y ni siquiera le dejaba comer pan en las comidas porque el gluten no es bueno para la salud. O quizá la propia Naomi se dio cuenta de que su estilo de vida empezaba a pasarle factura. Es lo que les pasa a muchas supermodelos de genética increíble, como Elle MacPherson. Se dan cuenta tarde, porque aguantan mucho mejor que el resto gracias a lo que la naturaleza les ha dado, pero aún así, ni ellas se libran.
A los veinte años puedes comerte una hamburguesa cada día. Pero a los cuarenta y tantos, eso se acabó.
Entre otras cosas, Naomi Campbell cuenta que ha decidido hacerse vegetariana. Le gusta el seitán porque tiene un sabor parecido al de la carne. Ha renunciado al azúcar, y también ha dejado el café (ya no le gusta su sabor) para pasarse al té. Hace dietas detox a base de zumos naturales para limpiar los intestinos. Las lleva a cabo tres veces al año, y consisten en beber solo un cóctel de sirope de arce, cayena, limón y agua durante varios días. Ella ha llegado a aguantar 18 días seguidos.
Es la clase de sacrificio que no hubiera hecho jamás en los 90, cuando adelgazaba con solo aletear las pestañas y decía «fumo, bebo y nunca hago ejercicio».
Su rutina de ejercicios es muy interesante, aunque hay algunos consejos curiosos, como saltar a la comba para adelgazar el rostro. Esto lo recomienda siempre a las modelos jóvenes que son delgadas pero mofletudas. Creo que es un truco que no interesa demasiado a las mujeres de su edad, que buscan precisamente recuperar el volumen facial que se desvanece con la edad.
Es evidente que a Naomi Campbell hacer ejercicio no le va. Ha contado que alguna vez hace yoga y pilates, y que le encanta la zumba, pero no es de ir al gimnasio.
Le gusta la marca de cuidado facial Mario Badescu, el iluminador dorado de Tom Ford y las cremas de polvo de algas. No usa gel de ducha porque no le gusta perfumar la piel del cuerpo: solo utiliza jabón para bebés. Y como a cualquier modelo, le obsesiona mantener la piel hidratada y beber agua constantemente.
Todo el mundo conoce la pasión de Naomi Campbell por las pelucas. La modelo tiene un cabello típicamente africano, con un rizo pequeño, seco y tieso, muy difícil de peinar manejar. Por eso, como Beyoncé o la modelo Iman, es muy aficionada a las pelucas.
Es posible que también se sometiera a los primeros alisados químicos de los 90. En las fotos de la época ya se puede apreciar que tenía el pelo de la raíz débil y menos poblado. Encima, le encantan las coletas altas y tirantes, los postizos y las extensiones. Eso, sumado a todo lo anterior, termina dañando el folículo piloso tarde o temprano. Ahora está pagando las consecuencias de tanto maltratar su pelo natural.
Aunque está cumpliendo años, como todo el mundo, Naomi Campbell sigue siendo una mujer espectacular. Sus apariciones públicas son para quedarse sin aliento y está claro que el universo ha sido muy generoso con ella, bendiciéndola con un físico alucinante. Ni las modelos más jóvenes consiguen hacerle sombra, y a su edad, sigue acumulando portadas de Vogue.
Quién sabe si las top models de ahora podrán decir lo mismo cuando lleguen a los cuarenta y cinco. Lo dudo mucho.
Naomi Campbell es una supermodelo de las de verdad. De las que solo veremos una vez en la vida y que surgen cada X generaciones.
¿Qué opináis de la diosa Naomi Campbell?